Finalmente, y después de muchísimo sufrimiento, la Brasil de Neymar Júnior se llevó el oro ante Alemania en la final de fútbol de los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro 2016. Y decimos "la de Neymar Júnior" porque el genio de Sao Paolo hizo más que nunca de capitán y de jugador clave en la victoria a través de los penaltis de los canarinhos después del empate a uno durante el tiempo reglamentario.

El diez brasileño anotó un sobervio gol de falta directa en el minuto 28 del primer tiempo. El atacante ajustaba un lanzamiento desde la frontal del área ante el que nada podía hacer el cancerbero alemán. Era un premio totalmente merecido por su equipo y por él, después de haber luchado tanto durante todo el campeonato y tras aguantar las duras críticas por parte de sus propios aficionados.

Y es que Brasil comenzó arroyando a Alemania en un partido donde buscaban la revancha tras el 1-7 que los germanos les endosaron en el Mundial del 2014. Un duro correctivo en un Maracaná que en esta ocasión cambiaba las lágrimas de la decepción y la humillación por las de la felicidad. Sin embargo, primero tendrían que sufrir el tanto de Meyer a pase del rápido y escurridizo Toljan

Lejos de descomponerse, Brasil tiró de orgullo para seguir dominando el partido y teniendo las mejores ocasiones con un fallón "Gabigol" y un no más acertado Gabriel Jesus. Los minutos corrían, el gol brasileño no llegaba y así se cumplieron los 90 de juego y la media hora de la prórroga. Llegó la tanda de penaltis y Rafinha, entrado en el segundo tiempo, anotaba el cuarto e importante penal después de engañar a Horn. Weverton paraba el último lanzamiento de los alemanes y Neymar, con el peso de todo un país, transformaba la pena máxima y se echaba a llorar. Lágrimas de vencedor, lágrimas del mejor del campeonato, lágrimas de medalla de oro.