El FC Barcelona tiene decisiones importantes por tomar en el próximo mercado de fichajes, y ha recibido ya numerosas advertencias. En la Ciudad Condal han sufrido las consecuencias deportivas y económicas de una planificación defectuosa, y ya no se puede fallar más en un verano que será clave para los éxitos a los que se aspira en el futuro. En plena crisis del coronavirus, eso sí, se ha dejado escapar una gran oportunidad.

El caso de Marc Cucurella es cada vez más doloroso para los culés, que no entienden porqué se le dejó marchar. El canterano quería probarse en un conjunto de Primera División y en 2018 se fue cedido al Eibar, donde empezó a brillar como interior izquierdo. Argumentando que no era una apuesta segura para el lateral, los responsables barcelonistas le volvieron a prestar en 2019, y el joven siguió triunfando en el Getafe.

En este último acuerdo ya no se incluyó opción de recompra, y los madrileños han conseguido hacerse con su propiedad. En principio, en el Coliseum Alfonso Pérez debían abonar seis millones de euros para quedarse con el 60% de sus derechos, pero finalmente se elevó la factura a 10 'kilos' y el porcentaje al 90%. En el Camp Nou apenas resta un 10% que podría cobrarse de inmediato si se confirman los rumores recientes.

Según el diario 'AS', el Chelsea ha llamado a la puerta por el carrilero, y estaría dispuesto a invertir 30 millones en su contratación. En Stamford Bridge buscan un refuerzo para esta parcela y el Leicester City les reclama demasiado por Ben Chilwell, que pese a ser la prioridad está tasado en 90. Aunque habían sonado alternativas como Lucas Digne, el de Alella, a sus 22 años, también es considerado una apuesta interesante.

Esta cantidad podría haber sido íntegra para las arcas del Barça, que igualmente podría haber aprovechado el valor futbolístico de su perla. Precisamente, el primer equipo busca un recambio para Jordi Alba, ya que Junior Firpo no se ha adaptado y su rendimiento no acaba de convencer. El lugar del hispano-dominicano podría haber sido perfectamente para el catalán, cuya historia acabará en una venta escasa por una mala gestión. Los azulones ganarán poco más, pero la cuenta global reflejaría 17 millones de beneficios por 13 que percibirían los barceloneses.

El Barça no puede fallar con Juan Miranda

El próximo expediente a evaluar en la cadena de sucesión de Jordi Alba es el de Juan Miranda, con el que ya no se admiten errores. El de Olivares no logró consolidarse en la etapa de Ernesto Valverde en el banquillo y regresó al filial, donde ha permanecido hasta su cesión al Schalke 04. No hace mucho canceló un préstamo que debía cubrir dos temporadas porque no tuvo demasiada fortuna en Gelsenkirchen, y pronto se sentará con los dirigentes del Barça para elegir un nuevo camino para desarrollarse. A sus 20 años, hay que esforzarse por no repetir el caso Cucurella.