El FC Barcelona está muy atento a poder reforzar su línea ofensiva este próximo verano, siempre y cuando pueda mover ficha de manera 'normal' en cuanto al 'fair play financiero'. La prioridad en esa zona de la plantilla es poder contar con un extremo izquierdo, al margen de lo que pueda pasar con la negociación respecto a Joao Félix, pero Raphinha podría ser ese 'fichaje' que el club tanto busca para el rol de acompañar a Lamine Yamal y Robert Lewandowski.

Entendiendo que si hay un nuevo entrenador la próxima temporada va a respetar el 4-3-3 tan clásico del Barça, en los despachos sienten que ni Joao, si continúa, ni Ferran Torres han hecho suficiente como para que el club se olvide de fichar un futbolista de primer nivel para esa posición. Sin embargo, la entidad podría tener la solución ya en casa, y además podría resolver el problema de un Raphinha que simplemente no parece dispuesto a escuchar ofertas para cambiar de aires.

Se abre una última opción para Raphinha

El brasileño, con contrato hasta 2027, ha perdido galones en el XI de Xavi como extremo derecho al encontrarse con la explosión casi definitiva de Lamine en ese rol, sobre todo porque el canterano parece destinado a ser ese líder ofensivo del proyecto del Barça de la próxima década. Pero en los últimos duelos está rindiendo muy bien en el otro sector del campo y parece que allí podría estar su única posibilidad de convencer al Barça de respetar su deseo de seguir como azulgrana.

Aunque claramente ningún club puede obligar a un futbolista a salir si tiene contrato vigente, sí que el Barça tiene toda la intención de poner ofertas sobre la mesa de esos culés sobre los que cree que un cambio de aires podría ayudar a ambas partes y, por supuesto, aliviar la economía azulgrana. Pero no por ello Joan Laporta y Deco están dispuesto a perder calidad en la plantilla, y precisamente Raphinha podría aportar eso en el extremo izquierdo, y sin tener que invertir y apostar por un nuevo jugador.

Si los millones no convencen a Raphinha se debería confiar en él

El futbolista brasileño, cada vez más adaptado a jugar a perfil natural, podría dejar casi 100 millones de euros al Barça si aceptara marcharse a Arabia Saudí o regresar a la Premier League, pero la realidad es que su postura ahora mismo es simplemente inflexible. Del lado de la entidad catalana, sí que dejar salir al ex Leeds sería una gran solución económica, pero perdería a un titular, ahora mismo para ambos extremos, y tendría que confiar en la adaptación de un nuevo fichaje, uno que además no necesariamente podría reemplazar a Lamine si el canterano no está disponible o necesita descansar en algún momento.