El nombre de Gavi es el más resonado del día tras su gran exhibición ante Italia por las semifinales de la Nations League. Sin embargo, en San Siro también rayó a un gran nivel un Sergio Busquets que cada día que pasa viene acentuando la diferencia respecto a sus actuaciones con el FC Barcelona y con la selección española, algo que no deja en muy buen lugar a Ronald Koeman.

Este miércoles, las redes sociales se inundaron de comentarios referentes a las dos versiones, completamente opuestas, del jugador de Badía, una realidad que explican diferentes motivos, especialmente del planteamiento táctico de ambos técnicos y las opciones que presentan ambos equipos.

Presión asfixiante

El combinado dirigido por Luis Enrique aplica una intensa presión tras pérdida de posesión, que permite recuperar más balones. Eso se traduce en que España se mantiene siempre con el bloque mucho más junto, factor que beneficia principalmente a los centrocampistas. En cambio, en el Barcelona no presiona arriba ni planta una línea defensiva en el centro del campo.

Equipo previsible

Luis Enrique insiste en que sus jugadores rompan al espacio, no solo para generar en transiciones rápidas, que también, sino para crear espacios en la zona ancha. Si los delanteros solo reciben al pie, el rival lo tiene mucho más fácil para juntar líneas, defenderse y acosar al poseedor del balón en el centro del campo. Eso es sinónimo de menos espacio y, por consiguiente, más pérdidas. En el Barça cuesta mucho ver a delanteros pidiendo el balón al espacio, y más en los últimos meses sin Dembélé ni Ansu Fati.

Vigilancias luego de perder posesión

Sergio Busquets padece a campo abierto y, desafortunadamente, le ocurre en el Barça cada dos por tres. El hecho de no apretar al rival luego de perder el balón hace que los contragolpes del rival fructifiquen, lo cual deja escenas del de Badia superado en velocidad y por potencia. En España, en cambio, Luis Enrique tiene muy trabajado el posicionamiento sin balón para que el equipo no se vea expuesto tras cada pérdida.

Ambiente decaído

El estado de ánimo del equipo cuenta mucho. El entorno del FC Barcelona no para de decaer en un espiral de negatividad, mientras que la selección transmite otro aire: los jugadores van a una y se nota en la forma de animarse, darse órdenes y hasta celebrar los goles. Mientras a la 'Roja' se la ve jugar con la ilusión de ganar, al Barça se le ve jugar con el miedo a sufrir otro varapalo.