Las razones que han sido claves para la renovación de Dembélé

Tras meses de rumores y especulaciones, el culebrón de Ousmane Dembélé llegó a su fin con la firma de un nuevo contrato con el Barcelona. El jugador de 25 años se había convertido en agente libre a principios de mes, después de que su contrato con el Barcelona expirara el 30 de junio. Sin embargo, a pesar de haber sido vinculado con varios clubes como el Chelsea, el PSG y el Liverpool, el francés ha decidido finalmente volver a firmar con los pesos pesados catalanes.

Con esta firma y con todos los demás fichajes que han llegado a la entidad en este mercado, el objetivo del equipo catalán es volver a tener éxito en la Champions League, donde lleva tiempo sin figurar como uno de los favoritos. Los aficionados optan por utilizar las mejores apuestas gratis y confiar en que el equipo pueda lograr de nuevo victorias en distintas competiciones.

A continuación, analizamos cuatro razones por las que Ousmane decidió dar un giro de 180 grados para fichar por el Barcelona después de que pareciera que la relación entre ambas partes era irreconciliable:

Xavi sabe cómo sacar su mejor rendimiento

No es ningún secreto que la presencia de Xavi en el banquillo del Barcelona ha sido clave para el fichaje de Dembélé. El técnico del club catalán había jugado un papel fundamental para que volviera a la plantilla tras la ruptura en enero.

Tras ello, el egarense consiguió sacar lo mejor del extremo galo. Sin duda, el jugador de 25 años jugó algunos de sus mejores partidos en sus cinco años en el Camp Nou bajo la tutela de la leyenda del club, ya que terminó la campaña con trece asistencias a pesar de perderse varios partidos por lesión.

Por todo ello, es probable que la confianza mostrada por el entrenador haya jugado un papel clave en la renovación. Al fin y al cabo, fue Xavi quien presionó a la directiva para que volviera a negociar una prórroga cuando todo parecía acabado.

Falta de ofertas

A pesar de que se hablaba de que Dembélé tenía mucho interés por parte de clubes de toda Europa, al final resultó que el internacional 'bleu' tenía muy poco donde elegir cuando llegó el momento de tomar una decisión.

El PSG había mostrado un gran interés, pero el nombramiento de Luis Campos como nuevo director deportivo hizo que el gigante parisino pusiera fin a su interés. El Chelsea había sido vinculado, pero cambió su atención hacia Raheem Sterling y Raphinha, dejando a Dembélé colgado.

Se había hablado de pretendientes de la talla del Liverpool, el Manchester United y el Bayern de Múnich, pero ninguno de los clubes llegó a realizar una aproximación concreta. Finalmente, el campeón de la Copa Mundial de la FIFA 2018 no tuvo más remedio que aceptar la propuesta del Barcelona.

Posibilidad de ser líder del proyecto

En sus cinco años como jugador del Barcelona, desde que llegó procedente del Borussia Dortmund, Dembélé ha luchado en gran medida con problemas de forma y no ha estado a la altura de su enorme potencial. Sin embargo, a las órdenes de Xavi, en la segunda mitad de la temporada pasada, el francés demostró que puede marcar la diferencia en el equipo cuando se trata de un esfuerzo. El ex jugador del Rennes realizó varias actuaciones decisivas para que el Barça acabara segundo en la Liga.

En el proceso demostró que, si está en forma y se utiliza correctamente, Ousmane puede ser un gran jugador para el Barça. Y con el club en una fase de transición, la oportunidad de convertirse en la figura principal de esta reconstrucción bajo el mando del técnico de Terrassa probablemente habrá atraído al extremo y lo ha obligado a volver a firmar con el club.

Recuperar su reputación en el club

No es ningún secreto que Dembélé ha tenido roces con cuestiones disciplinarias y un comportamiento poco profesional fuera del campo en el pasado. Desde su etapa en el Rennes, el galo se ha caracterizado por no respetar el tiempo de asistencia a los entrenamientos. Esos problemas se prolongaron durante su estancia en el Borussia Dortmund y se han repetido también en el Barcelona.

Además, es conocido por comportarse de forma poco profesional para salirse con la suya, como hizo durante su etapa en el Rennes para forzar su fichaje por el Dortmund, antes de repetir esas pataletas en Alemania para conseguir un traspaso al Barcelona.

Ahora que regresa a un lugar en el que se le quiere y que cuenta con la confianza del entrenador, el jugador de 25 años tendrá la oportunidad de reparar su imagen y su reputación y convertirse no solo en un futbolista de primera, sino también en un profesional de primera.