Aunque el Clásico ha centrado gran parte de la atención en la actualidad del FC Barcelona, por el camino han sido protagonistas algunos enredos en el vestuario, que la plantilla ha intentado solventar antes de que manchen el gran ambiente que se respira en el seno del conjunto catalán. No hay demasiados inconventientes porque los problemas se resuelven de puertas hacia adentro, y la intención es que siga siendo así.

Después de solucionar el caso Arturo Vidal, había ciertas dudas con Ousmane Dembélé, aunque no son pocos los que han dado un paso al frente para defenderle. El francés ha ido de más a menos esta temporada y ya le vuelven a rondar las críticas y los rumores, y pese a algunos altibajos en términos de motivación, responsabilidad y compromiso, todos en el club están dispuestos a dar la cara por él.

Eso, precisamente, es lo que ha hecho Ernesto Valverde en la rueda de prensa previa al duelo contra el Real Madrid, en la que el galo ha sido noticia por sus recientes suplencias y por las especulaciones sobre su mal comportamiento. El técnico ha explicado que ninguna de sus decisiones ha tenido que ver con un posible castigo, y que sólo tiene en mente una estrategia que siempre aplica con el joven.

Para empezar, el Txingurri ha negado los presuntos retrasos en los entrenamientos que se atribuyen al de Vernon: "En absoluto esto afecta en cuanto a lo que pensamos de él, que un día llegue un poco tarde no tiene mayor importancia. Que el otro día llegara un poco tarde... En el momento oportuno de la charla que dimos sobre el Inter estaba en el sitio justo. Me fijo en las cuestiones deportivas".

"No debemos fijarnos en Dembélé ahora porque no juegue. No hay que sacar las cosas de quicio con él. Nos puede dar mucho, le exigimos, pero le tenemos que ayudar. Es joven y necesita tiempo. Nos centramos exclusivamente en cuestiones deportivas", ha insistido, recalcando que hay que liberarle de la presión que seguidores y detractores dedican a un jugador que tiene apenas 21 años.

Dembélé debe responder a la confianza del Barça

A pesar de que todo el mundo tiene derecho a sufrir un bajón, lo que debe lograr Ousmane Dembélé es que su actitud nunca se ponga en duda, algo que le está pasando factura más que su adaptación a la Ciudad Condal o los millones invertidos en su fichaje. Si la afición y los compañeros ven que se esfuerza y que está comprometido con la causa, nadie va a juzgar con tanta dureza sus errores o a exagera algunas de las polémicas que le rodean, algo que está en su mano apartar, como dice Valverde, a base de fútbol.