Xavi, el talismán físico de Dembélé

La llegada de Xavi Hernández al FC Barcelona ha sido determinante para Ousmane Dembélé y su carrera en el fútbol de élite. El míster catalán apostó desde el comienzo por el galo y este le ha pagado con grandes actuaciones y siendo el mejor asistidor del equipo durante todo el 2022, algo que Xavi parece que vio antes que todo al haber pedido su continuidad una y otra vez. 

Hasta la llegada del cuerpo técnico actual, Dembélé pasaba mucho más tiempo lesionado que jugando y allí ha estado la principal diferencia para el extremo. Desde que el entrenador egarense llegó al banquillo, en noviembre de 2021, el delantero no se ha vuelto a lesionar. El atacante recibió el alta médica de su última lesión pocos días después de que Xavi se convirtiera en entrenador y desde entonces no ha vuelto a pasar por la enfermería.

De hecho, el campeón del mundo en 2018 sólo se ha perdido partidos por Covid, y cuando estuvo ‘castigado’ en medio de unas tensas negociaciones para su renovación. Ahora el futbolista admite que trabaja también mucho fuera del campo para no lesionarse y antes no lo hacía. El trabajo de fuerza es determinante en la prevención de lesiones y ahora se cuida ese aspecto más que nunca en el vestuario del Camp Nou.

El domingo en el Metropolitano fue el encargado de marcar el único gol del partido y entregarle así 3 puntos al Barça que le confirmaron como el líder de LaLiga. Con una gran definición de derecha, Dembélé venció a Oblak y adelantó a su equipo en el momento en el que mejor jugaba ante los colchoneros. Partido sólido del francés que una vez más se confirmó como el segundo mejor atacante del club, solo por detrás de Lewandowski.

Persona nueva, jugador 'nuevo'

La confianza de Xavi ha sido pagada de gran manera por el futbolista, el cual renovó el pasado verano en gran medida gracias a la insistencia del técnico. Además, el jugador hizo también un cambio en su vida personal: el matrimonio. Este punto parece también haber sacado a un futbolista mucho más maduro que parecía estar extraviado desde que llegó a Barcelona en 2017.