Leo Messi firmó una nueva actuación brillante en Riazor

Parece que, después de haber marcado el gol 500 el pasado domingo contra el Valencia, Leo Messi se ha librado al fin de las malas vibraciones que arrastraba durante las últimas semanas y encadena ya dos jornadas consecutivas no sólo marcando, sino también jugando a un gran nivel durante todo el partido. En Riazor frente al Deportivo, Leo Messi fue el jugador que tejió la gran mayoría de las jugadas ofensivas del FC Barcelona, iniciándolas y repartiendo "regalos" tanto a Neymar como a Luis Suárez.

El delantero uruguayo se dio un festín de goles y además dio tres asistencias, pero podría decirse que el "trabajo sucio", la chispa de magia que requiere iniciar una jugada de gol, planearla mentalmente en décimas de segundo y llevarla a cabo, perteneció a Messi. El argentino, más "10" que nunca, organizó todo el caudal atacante de los culés y, por si fuera poco, vio recompensada su gran actuación con el gol.

Luis Suárez fue quien le cedió el privilegio tras una de las pocas jugadas que casualmente no había iniciado Lionel. El astro uruguayo se marchó con un toque sutil de un defensor rival y luego puso el esférico perfecto para Messi, en un pase de la muerte que acabó en el fondo de las mallas. Se trata ya del gol número 501 de Leo Messi a lo largo de su carrera profesional, y del 451 con la camiseta del Barça.

A partir de ahora, y tras haber recuperado la sonrisa y haberse liberado de toda la presión, tanto Messi como el resto de sus compañeros harán todo lo posible por generar la misma cantidad de oportunidades de gol -y aprovecharlas- contra el Sporting de Gijón el próximo sábado en el Camp Nou, que podría ser el escenario de la resurrección final de este Barça... El mismo que hace pocas semanas maravillaba a propios y a extraños con su fútbol, y que encadenó 39 partidos consecutivos sin perder. Que no se nos olvide.