Ante la premisa de renovarse o morir, LaLiga española ha preferido optar por la opción de morir. A diferencia de otros grandes campeonatos como el inglés, el italiano, el alemán o el francés, la competición presidida por Javier Tebas prefiere los métodos arcaicos, anquilosados en el siglo XX, con los que es más fácil crear suspicacias ante el error humano.

No puede ser considerado un campeonato como el mejor del mundo cuando no utiliza la tecnología ya existente en otros grandes torneos para el bien de sus árbitros. Emplear el famoso "ojo de halcón" habría permitido que el FC Barcelona se llevase los tres puntos ante el Real Betis tras el gol elgal de Jordi Alba que Hernández Hernández no señaló.

El Barça se quejó amargamente tras lo sucedido de esto, de que no hay ni la más mínima intención por parte de LaLiga de implementar el famoso "hawk-eye" que evite en un futuro situaciones como esta. Algo que vuelve a dejar retratada a la competición doméstica española.

España, siempre a remolque del mundo

Algo totalmente diferente a lo que ocurre en la Premier League, Serie A, Bundesliga y la Ligue 1, por destacar a las ligas más importantes. Incluso, y sin ir más lejos, la propia Champions League lo implementará esta temporada a partir de los octavos de final. Eso sí, la competición reina del fútbol europeo ya cuenta con jueces de portería desde la 2010-2011 para este menester.