Nueva jornada de Liga Santander 2016-17, y nueva revolución de Luis Enrique. El técnico asturiano del FC Barcelona, a pesar de que ya sufrió un tropiezo en la cita frente al Alavés cuando jugó con suplentes habituales, esta vez apostó por un once repleto de titulares tradicionales en el conjunto azulgrana, pero con un importante cambio táctico.

Y es que el preparador organizó una defensa con tan sólo tres hombres -Mascherano, Umtiti y Gerard Piqué-, mientras que Jordi Alba y Rafinha Alcántara actuaron como carrileros por las bandas, prácticamente como centrocampistas, poblando dicha zona con muchos efectivos y en busca claramente de una mayor posesión de balón.

Durante los primeros compases del encuentro, en cualquier caso, el experimento de Luis Enrique no acabó de surtir efecto debido a la alta presión del Leganés, que hizo mella en la defensa culé, demasiado corta de efectivos y con muchos problemas para sacar el balón controlado desde atrás.

El Barça no lograba conectar con Neymar Jr, Leo Messi y Luis Suárez en ataque, lo que provocó además algún que otro cabreo del delantero uruguayo en la punta de ataque, pidiendo incluso a Luis Enrique que Ter Stegen sacara en largo desde la portería propia.

Los culés no podían combinar con comodidad entre sus líneas, contrariamente a lo buscado por "Lucho". Pese a todo, cierto es también que cuando el equipo lograba filtrar un balón al ataque, los problemas llegaban en masa para los defensores locales. Una apuesta claramente ofensiva, sin duda, en favor del espectáculo. Aunque puede que también arriesgada.