La dinámica negativa del Real Madrid a estas alturas de la temporada, después de haber cosechado cuatro empates consecutivos entre Liga Santander y UEFA Champions League, empieza a ser un serio problema para Zinedine Zidane al frente del banquillo merengue.

Si ya informamos hace unos días que Florentino Pérez pidió explicaciones al francés tras las tablas en Dortmund, no nos imaginamos cómo habrá reaccionado el presidente blanco después de ver la ridícula actuación de sus jugadores en el Santiago Bernabéu este domingo (1-1).

El Real Madrid recibía este domingo al humilde SD Eibar, un equipo con aspiraciones muy poco ambiciosas en Liga Santander, esta temporada pero que se aprovechó del mal momento de forma de los madridistas para arañar un punto al encuentro. Y no sólo eso, sino también para demostrar un mejor juego ofensivo y de control que los de Zidane en diversas fases del partido.

Y es que el SD Eibar se adelantó en los primeros minutos gracias a un error defensivo global del Real Madrid, que dejó libre de marca a Fran Rico para que el centrocampista rematara a placer tras un buen centro de Pedro León, curiosamente ex jugador del equipo madridista. El gol dejó con un mal sabor de boca a la afición y provocó algunos pitos en las gradas del Bernabéu, pero no fueron a más teniendo en cuenta que, antes de que se llegara al descanso, Gareth Bale igualó el marcador con otro remate de cabeza, esta vez a centro de Cristiano Ronaldo.

Eso fue prácticamente lo único bueno que hizo el portugués en el partido, sin desbordar con su corto repertorio de regates y dedicándose más a protestar al árbitro y batallar verbalmente con los defensores rivales que a centrarse en el juego.

Por cuarto partido consecutivo, el luso no pudo ayudar a que el Real Madrid consiguiera la victoria, y el tropiezo histórico del Real Madrid ante el Eibar -primer punto del Eibar en el Bernabéu- deja ahora la Liga Santander a merced de lo que haga el FC Barcelona en Balaídos. No estaría nada mal irse de parón de selecciones como líderes de Liga, ¿verdad? Seguro que Luis Enrique y los jugadores del Barça piensan lo mismo.