Isidro Díaz de Mera y José Luis Munuera Montero perpetraron un escándalo en el Camp Nou en el FC Barcelona-Rayo Vallecano. El árbitro del encuentro, Díaz de Mera, no vio penalti sobre Gavi en los últimos minutos del tiempo reglamentario tras un evidente empujón sobre el andaluz cuando encaraba solo al portero. Inexplicablemente, el colegiado no señaló nada y desde el VAR tampoco le llamaron para que viese la jugada en la pantalla.

Gavi reclamó un contacto de Catena, quien le empujó por detrás cuando iba a rematar de cara al área de Dimitrievski. Díaz de Mera estaba muy cerca de la jugada y entendió que no había nada, pese a las quejas constantes de los jugadores del Barça, que reclamaban una pena máxima que hubiese servido de tabla de salvación para un equipo que estaba 'muerto' en su propio campo, con el marcador en contra. 

La jugada ha sido bastante polémica y ha generado, evidentemente, mucha molestia en el barcelonismo. Se trataba de una caída muy clara que pudo cambiar el rumbo del partido a favor de los azulgrana. El árbitro del programa 'Marcador' de 'Radio MARCA', Pérez Burrull, ha analizado la jugada y ha explicado en directo "hay un empujón claro de Catena cuando el jugador del Barcelona ya le había ganado la posición. Debió señalar la pena máxima". 

El Barça se complica la vida 

El penalti habría sido clave para rescatar un punto en el feudo barcelonista, pero fue imposible y las quejas fueron insuficientes. El Barça insistió hasta el final para buscar el resultado que le dejase con más opciones de que quedarse 'tranquilo' en la segunda plaza del campeonato, donde ahora la competencia será máxima y los blaugrana tendrán que 'resucitar' para evitar una debacle que sería histórica. 

Desde el Barça no han querido darle más importancia de la que se merece, porque la realidad es que los blaugrana debieron hacer mucho más y se quedaron a medias. Sobre la acción, el capitán azulgrana Sergio Busquets ha declarado que "si el árbitro no ha pitado lo de Gavi ya no hay vuelta atrás", por lo que cualquier polémica ha quedado 'zanjada'.