Si Mourinho siguiera entrenando al Real Madrid, probablemente aparecería para decir que "los rivales del FC Barcelona siempre acaban con diez jugadores". En esta ocasión el Villarreal sí se vio perjudicado por la expulsión de Rabaseda en el minuto 60 de partido frente al Barcelona, aunque de manera más que merecida viendo detenidamente la repetición de la acción.

La joven promesa del Villarreal, Rabaseda, entró pasado de vueltas para intentar interceptar un balón que Sergio Busquets iba a poner en órbita, y entró con los tacos por delante contra el tobillo del internacional español, contactando directamente.

Podría haberle lesionado de gravedad, aunque por fortuna no fue así. El colegiado del partido, De Burgos Bengoetxea, no dudó en cualquier caso a la hora de expulsar con tarjeta roja directa a Rabaseda, quien reconoció la gravedad de la falta y consultó a Busquets por su estado, mientras varios jugadores del Villarreal protestaban airadamente la decisión del árbitro.

Parece claro que Rabaseda se arrepintió casi de inmediato de su entrada, pero pese a ello varios de sus compañeros no quisieron abrir los ojos y el segundo técnico del Villarreal tuvo que marcharse también expulsado por sus protestas subidas de tono.

El Barça empezó a carburar con uno más

De lo que no hay duda es de que la expulsión de Rabaseda fue clave para que el FC Barcelona empezara a profundizar cerca del área de Asenjo, y a crear ocasiones de gol cada vez más claras. Luis Suárez aprovechó una de ellas, tras una combinación con Alcácer, para marcar el primer gol del partido y, con la lata abierta, Leo Messi acabó sentenciando diez minutos después. Victoria trabajada del Barça.