San Mamés se presentaba como un 'infierno' del que el FC Barcelona estaba obligado a salir vivo. El Athletic venía de golear al Atlético de Madrid en la Copa del Rey y con una racha impecable en su casa, porque solo había perdido un partido en la temporada, contra el Real Madrid (0-2). Los azulgrana tenían el reto de imponerse, porque tenían mucho en juego... y les faltó 'sangre' para ir a buscar un partido clave en la pelea por LaLiga

Y es que había demasiado en juego. El Barça llegaba con la oportunidad de superar al Girona en la clasificación tras su derrota en Son Moix (1-0), pero solo ha recortado un punto (59 vs 58). Además, viajaban a San Mamés conociendo que el Real Madrid se había dejado dos puntos en Mestalla en un duro y polémico partido contra el Valencia y que podía reducir la distancia considerablemente a falta de 11 jornadas para el final. Se han quedado a siete puntos y con más dudas que certezas. 

El Barça dejó pasar un importante tren en LaLiga

Además del todo el contexto con la clasificación, los azulgrana estaban encontrando su mejor versión -confirmado en la goleada contra el Getafe-, pero a la hora de la verdad, con todo en juego, han firmado su partido más flojo en bastantes semanas. La falta de ambición y 'sangre' para salir a buscar el partido fueron los dos ingredientes constantes durante los noventa partidos. No fue por cansancio, fatiga ni desgaste, porque tuvieron una semana para prepararse (por los tres del Athletic). 

En San Mamés se vieron varias versiones del mismo equipo. Durante los primeros cinco o diez minutos parecían convencidos de que podían llevarse la victoria. Joao Cancelo estuvo muy activo vistiéndose casi de extremo y propiciando combinaciones que 'encerraron' a los bilbaínos en su campo, pero el equipo fue diluyéndose con el pasar de los minutos. Los de Ernesto Valverde consiguieron conectar, mantener el balón y sentirse cómodos, dejando a los culés sin respuestas. 

El Barça, sin ambición ni fe en San Mamés

Se repartieron el protagonismo y las ocasiones, pero en la segunda mitad fue un equipo sin 'alma' que parecía no saber qué (o cuánto) se estaba jugando. Es cierto que influyen las lesiones de Frenkie de Jong y Pedri González, dos  piezas clave para el equipo... pero en la segunda mitad no hubo nadie que se tirara el equipo a los hombros y ofreciera una 'luz' para atacar. No es sorpresa que cerraran el segundo periodo sin remates al arco, ni que el Athletic rozara más veces el gol. El Barça no reunió los argumentos para plantarse contra los bilbaínos ni mereció más de lo que se lleva a casa. Con partidos así no se puede pelear por LaLiga.