Cayó la primera derrota fuera de casa del FC Barcelona esta temporada, que además puso punto y final a los ocho encuentros consecutivos venciendo como visitante del equipo de Luis Enrique. Una racha que se alargaba desde el encuentro de vuelta de los cuartos de final de Champions League 2015-2016 ante el Atlético de Madrid (2-0). Balaídos volvió a ser la tumba del conjunto blaugrana y el Celta de Vigo mostró sus vergüenzas.

Y es que este inicio de campeonato liguero del Barça no está siendo, para nada, el mejor. De hecho está siendo el peor en los últimos años pues a estas alturas, y en los siete encuentros disputados, los de "Lucho" han perdido ya dos choques (Alavés y Celta) y han empatado otro (Atleti). Sin embargo, la igualdad con la que comienza esta Liga les ha ayudado a que no haya una mayor distancia con el resto de aspirantes.

Pues desde el año 2006 un líder no lo era a estas alturas con tan solo quince puntos. Lo ha conseguido el Atlético de Madrid que tuvo un comienzo de campeonato horrible empatando ante dos recién ascendidos como son Deportivo Alavés, en casa, y CD Leganés, fuera. El Real Madrid tampoco ha estado más allá pues son tres, al igual que el Atleti, los empates que ha concedido en estos encuentros.

En la tercera posición se coloca un Sevilla FC que no sabe lo que es vencer a domicilio. De hecho, desde el Sánchez Pizjuán se escriben gestas y cantos de juglares recordando aquella época en la que los rojiblancos conseguían invadir territorio ajeno. Por ahora, nada de nada para ellos.

Por ello, la derrota ante el Celta debe analizarse por lo puramente deportivo y con la calma que da ahora este parón por selecciones. No hay prisa ni presión porque los rivales azulgranas se vayan en la clasificación, pues no lo hacen. Es el momento de dar con la tecla, recuperar el buen nivel y poner rumbo de crucero hacia el título. Eso es lo que tienen que hacer los catalanes antes de que sea demasiado tarde.