Una cosa es LaLiga, y otra el Mundial de Clubes. Y por eso resulta lógico que un equipo no haga un pasillo a otro por haber ganado el Mundial de Clubes, teniendo en cuenta que no hay por qué alabar el mérito del campeón del Mundial de Clubes cuando, en dicho torneo, tan sólo puede participar (y por lo tanto ganar) un club europeo por edición.

El FC Barcelona argumentó el pasado mes de diciembre, como motivo para no hacer el pasillo al Real Madrid en el Santiago Bernabéu, que al no haber disputado el conjunto culé el Mundial de Clubes y tratarse de una competición distinta de LaLiga (campeonato al que correspondía el Clásico en cuestión) no tenía por qué realizar el acto simbólico.

El argumento de Zinedine Zidane, muy débil

Y no lo hizo, como es natural, de la misma manera que no lo hicieron Granada ni Sevilla. En 2016, después de que el Real Madrid también ganase el Mundial del Clubes, ni el equipo hispalense en la Copa del Rey ni granadino en LaLiga le hicieron el pasillo al equipo merengue.

Cabe recordar, sin embargo, que el FC Barcelona sí se lo hizo al Real Madrid en un Clásico en 2008, después de que los blancos ya hubiesen certificado matemáticamente el título de LaLiga. El argumento de Zinedine Zidane, por lo tanto, es tan débil que no se sostiene por ningún lado.

Si el Real Madrid no hace el pasillo, es porque no quiere

Podría haber dicho simplemente que el Real Madrid únicamente se centra en lo deportivo, en intentar ganar los partidos y no en ningún otro tipo de cuestión; o directamente podría haber asegurado que ni a él ni a sus jugadores, al tratarse del eterno rival, tienen ningunas ganas de conmemorar el título de Liga que probablemente gane el FC Barcelona en unas jornadas.

Habría sido una respuesta, quizá, más sincera. Pero afirmar que el Real Madrid no hará el pasillo porque el Barcelona "rompió la tradición", culpando además al conjunto culé de no hacer un acto de 'Fair-Play' cuando el que no lo hará es el propio conjunto blanco, resulta impropio de una personalidad de la talla de Zinedine Zidane, siempre respetado por el fútbol internacional y que destila elegancia por todos los costados.

En cualquier caso, parece que Zidane lo ha dejado muy claro. El Real Madrid no repetirá la imagen que protagonizó el FC Barcelona en 2008, cuando con la máxima deportividad posible los jugadores realizaron un pasillo a los futbolistas blancos, saludándoles, aplaudiéndoles y chocándoles la mano. Seguro que no tenían ganas. Seguro que se sintieron algo humillados. Pero, ¿saben qué? Eso también es fútbol.