Lamine Yamal se exhibió ante el Girona y demostró que este Barça no se lo 'merece'

Cuando termine la temporada, probablemente, habrá que insistir en el análisis de Lamine Yamal como líder ofensivo y punto diferencial, una noche sí y la otra también, del FC Barcelona. Es un jugador que, a sus 16 años, se ha convertido en indiscutible y una referencia en ataque... de esos futbolistas que en un pase, con un metro para correr, puede imponerse y desequilibrar por completo cualquier partido. 

Habla muy bien de Lamine Yamal, más que bien. A pesar de que no ha cumplido la mayoría de edad y está viviendo su primera temporada en la élite, las sensaciones que deja son inmejorables. Por el contrario, es un hecho que deja muy mal al Barça y al resto de jugadores que, en papel, tendrían que haber tirado del barco en esta temporada. En Girona no ha sido la excepción para el jugador formado en La Masia. 

No fue un partido completamente brillante, porque fueron varias las ocasiones que desperdició o en las que no acertó en su definición, pero fue el único futbolista del Barça que, al menos, intentó generar algo distinto y no se 'cayó' de inmediato cuando el equipo estaba a contracorriente. Dejó la sensación, una vez más, que el resto de sus compañeros no le acompañaron en la batalla. 

Incluso Lamine Yamal fue insuficiente en Montilivi

Su primer tiempo fue espléndido. Desde el pitazo inicial consiguió desequilibrar a la defensa del equipo local y consiguió, muy temprano, darle el pase a Andreas Christensen con el que se abrió el marcador a los tres minutos. Metió un gran pase y fu clave para que el Barça, así fuera por un instante, se impusiera en el marcador. Su calidad quedó evidenciada y fue el primer golpe sobre la mesa. 

Antes de que acabara la primera fue protagonista en una acción en la que, cuando intentaba colarse al área, fue derribado por Miguel Gutiérrez en la línea. En principio, Hernández Hernández no vio nada punible, pero desde el VAR le recomendaron revisar y acabó señalando el penalti a favor. Robert Lewandowski no falló desde los once metros. Fue clave para que el Barça viera posibilidades de llevarse los tres puntos de Montilivi... pero no fue suficiente.