Está claro que la derrota calamitosa ante el Liverpool no es un encuentro para sacar conclusiones precipitadas, pero viendo como se han ido dando los primero tres encuentros amistosos de pretemporada del FC Barcelona hay algo que parece en lo que todo el mundo coincide: cuidado con la defensa. Si bien el equipo culé estuvo sólido ante Celtic y Leicester, tres lunares en dichos partidos les hizo encajar tres goles que, sumados a los cuatro ante los ingleses, dan una cifra peligrosa de siete tantos en contra en tres encuentros.

Al igual que comenzó la temporada anterior, parece ser que el Barça necesita rodar y coger forma para que no se repitan situaciones como las vividas este sábado en Wembley. Los despistes defensivos no parecían tan importantes cuando el ataque respondía con más goles que el rival, pero el problema es cuando el equio contrario desconecta el ataque y sólo queda defenderse. Y eso, a día de hoy, al Barça le cuesta un mundo.

Tal y como se pudo ver, los dos centrales Jeremy Mathieu y Javier Mascherano sufren en estas lides. Cuando falla el mediocentro, pues Busquets no tuvo su mejor día y se nota que necesita entrenos, y los interiores no acaban de amarrar el medio del campo, los centrales sufren de lo lindo. Si a todo ello le sumas un equipo que lanza rápidos contrataques por los dos costados y deja sólos ante el peligro a los centrales ya tenemos un cóctel peligroso y explosivo que en Wembley estalló con ese 4-0 final.

Algo que, en cambio, se vio cortado con el buen hacer de Ivan Rakitic en el centro del campo, incrustado entre los centrales y dándole solided al equipo. Pero antes, Mathieu y Mascherano quedaron retratados. Y vale que el argentino lleve pocos entrenamientos y partidos, pero el francés jugaba su tercer encuentro como titular y todos lo señalaron como uno de los culpables de la sangría en defensa. Si bien a Luis Enrique le quedó claro que esto es algo en lo que necesita mejorar su equipo, no hay tampoco por qué fustigarse por ello.

Queda tiempo todavía para corregir errores y de buen seguro que con más entrenamientos y más minutos el equipo cogerá más ritmo, todo ello unido al fichaje de Samuel Umtiti y a la vuelta de Gerard Piqué deberían dejar un Barça rocoso. Démosles tiempo a los muchachos de "Lucho" que siempre han respondido.