Como suele suceder cuando se sufre una tragedia, las personas tendemos a buscar la luz al final del túnel de forma desesperada, incluso cuando no existe. Eso podría estar sucediéndole a parte del madridismo, que tendría confianza en que la llegada de Gareth Bale, recuperado de sus múltiples lesiones -al menos a priori- pueda servir al equipo para salir a flote en 2018.

El Real Madrid cayó vapuleado contra el FC Barcelona (0-3) en el Santiago Bernabéu, y sabe que tendrá muy complicado luchar esta temporada 2017-18 por el título de LaLiga Santander. Sin embargo, todavía mantendría la esperanza de que, con la reaparición de Bale y la posible llegada en el mercado de invierno de algún otro 'crack', el conjunto merengue saque a relucir su mejor juego.

Pero las estadísticas son claras, y no puede decirse que al Real Madrid le haya tocado la lotería con Gareth Bale. Si bien es cierto que el 'Expreso de Gales' ha transformado algún gol importante en finales de Champions League o de Copa del Rey, la realidad es que en el día a día no suele aportar demasiado a un Real Madrid que le necesita desde hace mucho tiempo.

Bale apenas pudo jugar en este comienzo de campaña por culpa de las lesiones, y los datos hablan por sí solos: sólo en el año 2017 -que aún no ha terminado-, Gareth Bale se ha perdido ya más de dos docenas de partidos oficiales con el conjunto merengue, debido a las cinco lesiones de importancia que ha sufrido a lo largo de este periodo.

La afición del FC Barcelona se ha quejado en múltiples ocasiones de las lesiones de Vermaelen, pero Gareth Bale se lleva la palma y aún más teniendo en cuenta que costó a las arcas del club madridista un total de 101 millones de euros, según las últimas estimaciones.

Gareth Bale, más de 100 días inactivo

El galés ha pasado más de 100 días en la enfermería desde que arrancó 2017, que le han mermado físicamente y también en el apartado psicológico. Colocarle como el posible 'salvador' del Real Madrid en el año 2018, como están haciendo algunos medios de comunicación relativos a la 'caverna' merengue, resulta cuanto menos osado.