El Real Madrid no quiso hacer sangre contra el Granada CF, equipo descendido ya matemáticamente a Segunda División, y por ese motivo mantuvo la goleada en 0-4 a pesar de que podría haberse marchado de Los Cármenes con un auténtico botín de dianas.

Los de Zinedine Zidane disfrutaron del partido más cómodo de la presente temporada 2016-17 y a los diez minutos de juego James Rodríguez ya había transformado un "doblete", sentenciando el partido a falta de 80 minutos todavía por jugarse.

Y es que el encuentro no tuvo ningún tipo de historia. Una buena internada de Lucas Vázquez y un centro de Coentrao permitieron al centrocampista colombiano anotar dos goles durante los primeros diez minutos, y el Granada demostró por qué llegó al partido contra el Real Madrid habiendo sumado un punto de los últimos 30 posibles.

Morata remató la faena en Los Cármenes

Álvaro Morata marcó dos goles más antes de la media parte, el primero tras una asistencia de Danilo y otro más después de una buena jugada personal. Con 0-4 al descanso, ya no hizo falta que el Real Madrid apretase más y por ese motivo todos los jugadores blancos bajaron el listón, a pesar de tratarse todos ellos de suplentes habituales a excepción de Sergio Ramos y Casemiro.

Seguramente empezaron a pensar ya en cómo acabar de sellar el pase a la final de Champions League tras la goleada endosada al Atlético de Madrid en el Santiago Bernabéu (3-0), que les pone ya con más de pie y medio en Cardiff.