Como era de esperar, la afición del Real Madrid no terminó nada contenta tras el cuarto empate consecutivo del conjunto entrenado por Zinedine Zidane entre Liga y Champions League, en esta ocasión producido contra un SD Eibar que suma el primer punto de su historia en el Bernabéu.

El Real Madrid encadena algunas semanas jugando a un nivel muy por debajo de lo esperado, y parece que Zidane no consigue dar con la tecla para reactivar el carácter ganador de un equipo que debe convivir con el pésimo momento de juego que atraviesa su gran estrella, Cristiano Ronaldo, quien tan sólo ha visto puerta tres veces en lo que llevamos de temporada 2016-17.

El caso es que, a lo largo del encuentro contra el Eibar y tras el pitido final del árbitro, las gradas del Santiago Bernabéu pagaron su ira con los jugadores, gritando insultos desde las gradas, abucheando y silbando para dejar bien patente el enfado.

El Real Madrid no encuentra la reacción, y lo peor de todo es que ahora deberá esperar dos semanas hasta el próximo partido oficial para reconciliarse con sus seguidores, o bien seguir abriendo una herida que no para de sangrar. Crecen los problemas en el Real Madrid, y a día de hoy es una incógnita si Zidane, Florentino, Cristiano y el resto de actores principales de esta tragicomedia resolverán la situación.