El Real Madrid sigue sin carburar. Consiguió ganar contra el Málaga, es cierto. Pero su fútbol parece haberse evaporado completamente, transformándose en un equipo sin alma, sin acierto, sin ideas, sin lucidez y sin lucidez defensiva. Los malagueños estaban en la cola de la clasificación, pero consiguieron, por momentos, sacarles los colores a los merengues.

El Real Madrid consiguió adelantarse gracias a un gol de Karim Benzema. Sin embargo, el equipo seguía sin convencer. Con la inseguridad propia de haber pinchado en tantos partidos en las últimas jornadas. La inseguridad se transmitió en el gol del empate malagueño, en un error garrafal de falta de entendimiento entre Kroos y Varane.

Casemiro, de nuevo, fue el jugador más destacado del Real Madrid. El brasileño consiguió volver a poner por delante al conjunto madridista para dar aire a los merengues, que veían como el Málaga ya les había perdido el respeto y merodeaba la portería de Kiko Casilla. Antes de acabar la primera parte, el árbitro anuló de forma polémica un gol de Peñaranda por, se supone, falta a un defensa.

Cristiano salva los muebles

El segundo tiempo comenzó de la misma forma que había terminado el primero: con un Real Madrid que no acababa de arrancar y al que le costaba generar fútbol. Cuando lo hacía, ahí estaba Roberto para evitar que los madridistas aumentasen la ventaja. Y, en otro error de Varane, llegó el empate por mediación del Chory Castro.

Zinedine Zidane, atónito en la banda, no era capaz de reaccionar ante la situación. El partido se resolvió gracias a un gol de Cristiano Ronaldo, que falló un penalti pero aprovechó el rechace para dar los tres puntos a los madridistas.