Mientras a Neymar Jr no le señalan algunos penaltis claros a favor, en ocasiones decidiendo los árbitros mostrarle la tarjeta amarilla al cree que finge, sobre Cristiano Ronaldo pesa una especie de protección divina que hace que no se le castigue cuando se tira descaradamente en el área.

Neymar Jr fue amonestado frente a la Real Sociedad el pasado jueves tras un penalti claro de Gerónimo Rulli, pero apenas un día antes Cristiano Ronaldo había protagonizado una descarada piscina en el Santiago Bernabéu, contra el Celta de Vigo, que no fue sancionada por el colegiado.

Ya ocurrió también frente al Sevilla FC durante los últimos minutos del partido de Liga perdido por los blancos, en el que Cristiano llegó a merecer hasta tres cartulinas amarillas y se quedó sin recibir ninguna. En noviembre de 2016, además, una de sus "piscinas" dentro del área le permitió obtener un gol de penalti inexistente contra el Atlético de Madrid en el Vicente Calderón.

Cristiano, dañando su imagen y quedando en ridículo

En definitiva, Cristiano sabe que los árbitros suelen picar con sus teatrales caídas, o de lo contrario no acarrean consecuencias. Es por ello que está utilizando cada vez más esta estrategia durante los últimos meses, a pesar de que con ello sólo consiga dejar su imagen por los suelos.

Esas jugada, en todo caso, no son más que el reflejo de lo que está siendo Cristiano en los últimos meses. El "7" del Real Madrid parece un fantasma sobre los terrenos de juegos, sin ser importante para los suyos ni crear peligro alguno ante las zagas rivales. Parece ser que los mejores tiempos de "Cris" han pasado y él no se lo está tomando del todo bien. Al menos en lo deportivo.