LaLiga ha empezado a juzgar a sus aspirantes favoritos, y donde el Atlético brilla, FC Barcelona y Real Madrid sufren. Los rojiblancos han empezado con buen pie y los azulgrana con cierta irregularidad, mientras los blancos se consuelan con estar por encima de su máximo rival pero también andan perdidos entre dudas. La mejoría que buscaban no es tal, porque su intento de revolución se ha quedado a medias.

Zinedine Zidane regresó al Santiago Bernabéu para liderar un cambio a mejor, pero su equipo ha arrancado peor que el del año pasado. Florentino Pérez atendió a la mayoría de sus peticiones -aún escuece Paul Pogba- e invirtió más de 300 millones de euros, que no han servido para mejorar el juego, las sensaciones o los resultados, reveladores en el primer tramo del curso.

Los nueve puntos obtenidos por Julen Lopetegui antes del parón de septiembre dejan muy lejos al galo, que ha cosechado apenas cinco. Casi más importante que el botín son las distancias, ya que aquel conjunto estaba empatado con el líder, el Barça, y este está a cuatro puntos de los 'colchoneros', que no quieren echar las campanas al vuelo pero están consolidando su candidatura al título.

Las estadísticas no dejan en muy buen lugar al marsellés, que como siempre insiste en que sus pupilos juegan perfecto y que base de insistir se logrará una regularidad que no llega. Tras jugar contra Celta de Vigo, Real Valladolid y Villarreal, acumulan seis goles a favor y cuatro en contra, mientras que el guipuzcoano, tras verse con Getafe, Girona y Leganés, contaba con diez anotados y apenas dos encajados.

El ex guardameta vivió su declive pocas semanas después, y el reto de 'Zizou' es no caer en los mismos errores. Para el de Asteasu todo se torció tras la jornada siete, después de un empate en el derbi madrileño. Su descenso lo remataron los azulgrana en un Clásico que acabó con 'manita' en el Camp Nou (5-1) y que precipitó un despido fulminante y la llegada de Santiago Solari.

Zidane ya ha puesto en marcha su peculiar táctica

A pesar de las críticas, Zidane ya ha puesto en marcha su táctica, que no es la primera vez que da resultado. El francés ha blindado a los suyos y repite hasta la saciedad que todo está bien, algo que le ha dado más de un dolor de cabeza en LaLiga pero que ha surtido efecto en Champions, donde la trayectoria madridista en los últimos años, y bajo su batuta, ha sido prácticamente impecable.