El Real Madrid no sólo perderá dinero con el traspaso de James Rodríguez al Bayern Múnich. Perderá tiempo de actuación -no recibirá los 60 millones de la venta hasta de aquí a dos veranos-, mientras que también se quedará en la plantilla sin uno de los mejores centrocampistas del mundo y la gran estrella de Colombia, independientemente de que no haya sido titular en las dos últimas temporadas.

Con James Rodríguez, el Real Madrid había tenido desde hacía tres temporadas la posibilidad de jugar con él o Isco Alarcón en la alineación titular y dejar al sobrante en el banquillo, convirtiéndose en un revulsivo inaudito en las segundas partes o en oxígeno para un calendario plagado de partidos importantes en todas las competiciones.

Esta última campaña, Zidane se permitió el lujo de apenas alinear a James en los onces titulares, pero a partir de ahora ya no podrá disponer de la carta del colombiano en los partidos estancados. En vez de a un jugador adaptado y con experiencia como James, dispondrá de un Ceballos que llega a sus 20 años con la obligación de adaptarse cuanto antes para ganarse los minutos.

El Real Madrid, perjudicado con la marcha de James

Eso, si no quiere que le ocurra lo que le ha pasado a Denis Suárez en el Barça. En cualquier caso, lo que está claro es que sin James Rodríguez el Real Madrid pierde verticalidad, llegada al área contraria, gol y calidad y visión de juego para dar el último pase.

Además de todos estos elementos intrínsecos del juego, otro factor que se pierde es el carácter y carisma del colombiano, un futbolista de sangre caliente que cuando está motivado es capaz de hacer maravillas. Y, por último, el elemento mediático. James es uno de los jugadores con más tirón en el mundo y en venta de camisetas, y el Real Madrid tendrá que lidiar también con esta pérdida. Pero la mala jugada ya está hecha... Y la vida sigue.