Llegaba a la Copa del Rey con más tranquilidad después de algunas semanas de dudas, pero el Real Madrid no sólo no las alejó, sino que volvió con un triunfo que le allana el camino hacia octavos pero que vuelve a abrir la polémica. En medio de las quejas de Florentino Pérez por una supuesta campaña arbitral, el colegiado no dudó contra el Fuenlabrada.

La primera mitad en el estadio Fernando Torres fue para olvidar, aunque los locales plantaron cara contra un equipo plagado de suplentes en el que Marcos Llorente se quedó al filo del gol. Entre Codina y el travesaño anularon un potente disparo del canterano al borde del descanso, y los jugadores se fueron a vestuarios con el marcador por estrenar.

En la reanudación llegó la polémica, y coincidió justo con el acelerón de un conjunto merengue que aprovechó del bajón físico de su oponente. En una de las internadas de Achraf, Fran Garcia le agarró, y con el lateral tirando hacia el área, Iglesias Villanueva interpretó que el derribo había sido dentro: Penalti.

Convirtió con pocas dudas Asensio una pena máxima que fue de todo menos clara, y empezó a empujar un Real Madrid al que sólo detuvo un recital de Jordi Codina, ex de Primera División y también del equipo blanco. Apenas 20 minutos después llegó la segunda discusión del encuentro. Abrazo de Paco Candela a Theo Hernández en un córner, segundo penalti y expulsión para el centrocampista, cuyo forcejeo no pareció suficiente pero sí que está considerado como punible.

El remate

Tras sentenciar Lucas Vázquez desde los once metros, se echó arriba el Fuenlabrada, que quiso acabar con honores la visita de uno de los grandes y lo que encontró fue más polémica. Aunque dura, no pareció de roja una entrada a destiempo de Jesús Vallejo, que se marchó antes de tiempo en su debut, pero sí que pareció penalti un doble derribo de Nacho a dos futbolistas locales. Como en los últimos tiempos, los de Zidane se quedan la victoria, pero las dudas también vuelven en el autobús del Real Madrid.