Real Madrid y Leganés han recuperado este miércoles el partido aplazado por el Mundial de Clubes de los 'merengues', que se han alzado hasta el tercer puesto de LaLiga después de una victoria con algunas rotaciones. Varios pesos pesados no estuvieron en Butarque, donde se rozó la sorpresa de la Copa pero no llegó a mayores (1-3).

Y eso que empezó el enfrentamiento como siempre últimamente para los madridistas, con un gol en contra para empezar a ponerse en situación. Fue en un saque de esquina que despejó muy mal Theo Hernández y en el que se tiró a por todas Unai Bustinza, que podría haber visto como le anulaban el tanto por un posible juego peligroso.

A pesar de todo, no tardó en remontar el equipo de Zinedine Zidane, gracias a la sintonía entre Mateo Kovacic, Lucas Vázquez, Karim Benzema y Casemiro, algunos de los futbolistas más inspirados sobre el verde. Si el gallego igualó el marcador en cinco minutos, sobre la media hora lo volteó el brasileño, con una jugada de tiralíneas que hizo la delicias de la afición.

El susto real

Pero el problema de este Real Madrid es que tan rápido como se enciende se apaga, y combina rachas de dominio absoluto con algunas peligrosas desconexiones. El Leganés se lo empezó a creer por la falta de tino de su rival, que se perdió en la insistencia 'pepinera' y en sus propios errores en la zona definitiva.

Rondando el minuto 65 llegaron dos acciones decisivas, con una gran parada de Kiko Casilla y un penalti de Kovacic a Nabil El Zhar que no señaló González González. Esta vez no se vieron tantos goles como en el Villamarín, y en el intercambio de golpes quien decidió fue el croata. El derribo de Tito sí lo decretó el colegiado, y la pena máxima la convirtió Sergio Ramos en sentencia. Volvió a haber susto en la capital, pero esta vez estaba todo controlado.