El Real Madrid está en una situación complicada en la presente campaña. Los blancos ven el liderato a 14 puntos de distancia respecto al líder, el FC Barcelona, y en la fase de grupos de la Champions League no lograron quedar en primera posición. En la Copa del Rey, a punto estuvo el Fuenlabrada de dar el gran susto.

Sin embargo, Zinedine Zidane no quiere ni oir hablar de crisis. Este jueves, el técnico francés recogió dos premios en los Globe Soccer Awards: el que coronó al Real Madrid como mejor equipo del año y el que le convirtió a él en el mejor entrenador. Algo que aprovechó para sacar pecho pese a su desastrosa temporada.

"Quiero decir gracias, aquí represento al club y a su presidente. Es un honor para mí y para el club. Recibir este premio significa que las cosas funcionan", dijo el técnico francés. Sorprendente, sobre todo por las penurias que está pasando el equipo en la presente campaña.

Tras el Clásico, más de lo mismo

Tras el Clásico de Liga, Zidane no quiso reconocer que el FC Barcelona fue superior y que el Madrid debe cambiar cosas. "No me arrepiento, para nada. Estoy aquí para tomar decisiones. En la primera parte, si marcamos alguna ocasión, el partido es diferente. Sé que mañana me van a meter hostias, pero no voy a cambiar nunca", dijo el técnico.

Sobre la suplencia de Isco, tampoco considera que se equivocase. "No voy a dar una explicación, tengo que tomar decisiones como entrenador. La decisión era Mateo en el campo e Isco en el banquillo. Luego, por cómo ha ido el partido, no he podido sacar a Isco. Primero saco a Nacho y luego hago el doble cambio. Y cambia totalmente el partido, esa es la realidad", señaló.