Rechazar a Antoine Griezmann: cuestión deportiva, no de orgullo

El pasado verano, Antoine Griezmann era el nombre que más ilusionaba al barcelonismo. Su cláusula de rescisión, de apenas 100 millones de euros, le convertía en el gran chollo del mercado de traspasos después de haber demostrado su calidad contrastada en el Atlético de Madrid. El francés aceptó el reto de jugar en el FC Barcelona, pero finalmente se echó atrás y renovó.

En aquel momento, su negativa fue un golpe muy duro. Tanto la directiva como el cuerpo técnico contaban con el francés para la presente temporada y el hecho de no poder contar con él dejó tocado al equipo. Para la afición también fue una desilusión, ya que veía en Griezmann un fichaje muy ilusionante para compensar la marcha de Neymar apenas un año antes.

Pero todo se fue al traste cuando el galo se dejó convencer por Diego Pablo Simeone, Diego Godín (sí, el mismo que ahora se irá al Inter gratis después de haber presionado al francés) y Enrique Cerezo, que le prometieron liderazgo deportivo y un sueldo astronómico. Pero finalmente, la apuesta fue fallida: sin títulos y un rendimiento muy discreto.

Ahora parece que Griezmann ha vuelto con el rabo entre las piernas, dispuesto a bajarse el sueldo y a cobrar lo que había pactado el verano pasado para jugar en el FC Barcelona. Las últimas informaciones indican que ha habido contactos entre las partes e incluso hay quen se atreve a asegurar que ya hay acuerdo. Pero es ahora cuando hay que meterle sentido común al asunto.

¿Por qué Griezmann no debe venir?

Esto es un intento de explicar por qué no se le debe fichar intentando hacer el esfuerzo de olvidar y dejar a un lado el show que montó Griezmann sobre su futuro y su traición. Naturalmente un tema es el precio, ya que lo que antes eran 100 millones de cláusula ahora son 150. Teniendo en cuenta que su rendimiento en el presente ha sido discreto, debería haber bajado de precio, no subido.

Además, las razones deportivas son obvias: hace meses, Ousmane Dembélé no daba pie con bola y se hablaba de traspasarle, pero ahora ha explotado como un jugador indispensable. Griezmann no podría quitarle el sitio ni a él ni a Leo Messi. Además, el francés ha demostrado que pierde fuelle si juega de '9', por lo que sería un disparate gastarse una millonada para ponerle de delantero, por Luis Suárez. Resumiendo, que no tiene sitio. Haber espabilado cuando se mojaron por él.