Debía ser una de las estrellas que lideraran el ataque del FC Barcelona, pero Philippe Coutinho se ha convertido en un caso por resolver en el Camp Nou. El carioca empezó bien su aventura en la Ciudad Condal pero ha ido perdiendo fuelle, multiplicando una serie de dudas que de momento están sin respuesta. La búsqueda de soluciones de los culés podría tener ayuda por parte de la selección de Brasil.

El ex del Liverpool pisó con fuerza en sus primeros meses como azulgrana, pero con el paso del tiempo, ha ido bajando su nivel. Le cuesta mantener el ritmo alto que imponen sus compañeros y está extrañamente impreciso y desconectado, como si su agobiada cabeza le impidiera mostrar una brillante versión que todos saben que puede ofrecer.

Es por ello que en el conjunto catalán se ha volcado para ayudarle, y ya no descarta ninguna alternativa. Como sucedió con Ousmane Dembélé, al brasileño le está defendiendo el entrenador, el vestuario y la directiva, pero por si hubiera alguna sorpresa inesperada, todos dicen que se va a quedar y a triunfar con la boca pequeña, por si no quedara más remedio que apostar por una venta millonaria.

En este sentido, hay una cita que podría definir para bien o para mal la continuidad de Coutinho en el Barça, que es la Copa América 2019. Como ya hiciera en los momentos más delicados de su salida de Anfield, el técnico de la 'canarinha', Tite, sigue teniendo plena confianza en sus cualidades, y pese a su bajón de rendimiento no le ha apartado del once titular.

En una competición que se celebra en territorio brasileño habrá muchos ojos puestos sobre su aportación, ya que podría permitirle recuperar por completo su confianza. Al calor de su gente, tiene una gran oportunidad para demostrar que esto sólo ha sido un bache y reencontrarse con su alegría en Barcelona, o demostrar, triunfe o no la 'seleçao', que la mejor decisión para todas las partes es separar sus caminos de forma definitiva.

El caso Coutinho, un problema con una difícil solución

Pase lo que pase este verano, lo que está claro es que el caso Coutinho es un problema con una solución muy difícil, porque sea cual sea la elección, habrá un riesgo elevado de equivocarse. Venderle en la ventana estival tiene varias ventajas pero también inconvenientes destacados, así que habrá que esperar que el tiempo, y sobre todo, el balón, echen una mano para cerrar la carpeta de una vez por todas.