El ex jugador del FC Barcelona y uno de los grandes pilares de la selección de Argentina, Javier Mascherano, podría haber terminado siendo notablemente 'señalado' como el culpable de una hipotética eliminación de Argentina en la fase de grupos del Mundial de Rusia 2018.

Y habría sido injusto, sin duda. Porque, durante los primeros minutos de la segunda mitad del Argentina-Nigeria, Mascherano defendió agarrando levemente a uno de los centrales africanos a la salida de una jugada a balón parada. El futbolista nigeriano se dejó caer al notar el más mínimo contacto, y el colegiado Cüneyt Çakir no lo dudó a la hora de señalar un penalti más que polémico.

La repetición dejó claro que la jugada, cuanto menos, fue dudosa. Pero a pesar de todo el colegiado turco no recibió instrucciones desde la cabina para analizar detenidamente la repetición, y señaló el penalti al estar convencido de que hacía lo correcto.

Victor Moses fue el encargado de transformar la pena máxima, colocar el empate momentáneo en el marcador e incrementar, por lo tanto, los nervios y la presión de un Mascherano que, literalmente, se dejó la piel en el campo teniendo en cuenta que acabó sangrando tras un golpe con un jugador de Nigeria. Seguramente ni siquiera se dio cuenta.

El fútbol acabó haciendo justicia para Argentina

Porque 'El Jefecito' hizo todo lo posible por enmendar su error, y junto al resto de sus compañeros contribuyó a que, a falta de cinco minutos para el final del encuentro, Marcos Rojo transformara el gol definitivo que daba la clasificación a Argentina hacia la siguiente ronda.

En cualquier caso, Mascherano estuvo a punto de convertirse en 'villano' de manera injusta. El VAR debería haber intervenido, y en esta ocasión no fue así. Por suerte, el fútbol acabó haciendo justicia en San Petersburgo. ¿Con algo de ayuda divina, quizás? Que se lo pregunten a Messi.