El fútbol es un deporte de contrastes, y en el Mundial de Rusia está quedando más claro que nunca. En la noche del jueves tuvo lugar una cita histórica, por una dolorosísima derrota de Argentina que fue brillante victoria para Croacia. El FC Barcelona lo vivió con el corazón dividido, aunque el vencedor, de la misma forma, estuvo más que claro.

Con Leo Messi ahogado por compañeros y rivales, quien cuajó un partido para enmarcar fue Ivan Rakitic, que volvió a demostrar que un centro del campo poblado potencia de manera espectacular sus virtudes. El de Möhlin fue capaz de sacar el balón jugado, de atacar y también de defender, con un papel dominante que acabó coronando en el tramo final del encuentro.

Una falta a la cruceta y el gol que redondeó el 0-3 pusieron el broche de oro a la actuación del barcelonista, que dejó claro que junto a Luka Modric es el líder perfecto para los suyos. No son estridentes y no reclaman protagonismo, pero ambos son capaces de hacer del trabajo el mejor arma para brillar sobre el césped.

Además de infinidad de disputas ganadas, se marchó sin pérdidas de balón y con seis recuperaciones, sumadas al peligro que generó en cada ocasión que rondó el área. No hay prácticamente fallos que se puedan reprochar al ex del Sevilla, que se mostró completo, consistente y esforzado. Todo lo que le piden es capaz de cumplirlo, y además siempre lo hace con nota.

Ernesto Valverde recupera a Ivan Rakitic

Cuando muchas voces empezaban a pedir su salida del Barça, la llegada de Ernesto Valverde supuso un cambio para Ivan Rakitic, que se convirtió de nuevo en pieza indispensable para la medular. La exigencia física la compensan el extremeño y Zlatko Dalic, su seleccionador, rodeándole de compañeros con los que compartir responsabilidades, lo que lejos de colgarle el cartel de secundario le sitúa como actor principal.

Igual que con Croacia, el futbolista ha sido en el Camp Nou media punta, interior y cierre, todo partiendo desde un doble pivote con cierta libertad de movimientos. Su inteligencia táctica le convierte en un jugador muy apreciado por todos, y es que el ataque ya lo llevaba de serie y la defensa la ha ganado con los años. Para desgracia de Messi, esta vez lo mostró en el mejor escenario.