Brasil arrancó el Mundial con algunas dudas en la fase de grupos, pero igual que sucede con su mayor referencia, está yendo de menos a más. La falta de ritmo de Neymar se está curando a base de minutos, y contra México se volvió a comprobar que los hombres de Tite forman un grupo muy sólido.

Juan Carlos Osorio planteó un encuentro muy similar al que sorprendió a Alemania, con esfuerzo atrás y mucho descaro en la ofensiva. Con Carlos Vela e Hirving Lozano liderando las carreras en ataque de los 'aztecas', Guillermo Ochoa hacía el resto bajo palos, porque cualquier balón que se acercaba por allí acababa despejado.

El problema para la 'tricolor' fue que sus puntas no acabaron de estar atinados, y el peligro que llevaban sus centros y desbordes acabó apenas con balas de fogueo. Mientras, despertaba el rival dormido que era la 'seleçao', y cerca de la media hora llegaron sus mejores ocasiones. Neymar, Philippe Coutinho y Gabriel Jesús percutían contra el guardameta dejando un susto que hizo que su adversario retrocediera algunos metros.

Willian y Neymar lideran a Brasil

El problema para México fue que a los brillantes futbolistas a los que Casemiro y Paulinho guardan las espaldas se sumó Willian, y con tanta verticalidad cada vez costaba más sus intentos. En uno de ellos llegó el primer gol del partido, con una combinación en la frontal con Neymar y una diagonal que el del Chelsea remató con un pase de la muerte que su compañero envió a la red.

Se había abierto la lata, pero los norteamericanos no querían tirar la toalla, y aunque cada vez se espaciaban más sus avisos, el 'Memo' Ochoa les mantenía vivos al otro lado. Cada vez que se enfunda el traje de la selección, el cancerbero ofrece un verdadero espectáculo, pero poco pudo hacer contra una Brasil que sentenció cerca del final.

De nuevo Neymar, enzarzado en peleas, piques y pisotones, galopó por la izquierda, y su intento de superar al portero cayó en los pies de Roberto Firmino. El delantero del Liverpool acababa de entrar, pero coronó un 2-0 que esta vez sí confirma a los suyos como un aspirante de los más serios. Sólido atrás, vertiginoso delante y con sus estrellas con ganas de samba. Tiene mucho peligro.