La ética del periodista dice que, si un futbolista ha decidido atenderte y está respondiendo amablemente a la pregunta que le has formulado, no puedes ignorarle y empezar a llamar a gritos a otro jugador, dejándole con la palabra en la boca. Así fue el incómodo momento que se vivió en la zona mixta posterior al Argentina-Venezuela, cuando Rodrigo de Paul recibió una falta de respeto que se ha hecho viral a través de las redes sociales.

El periodista Marcelo Benedetto, de 'Fox Sports Radio', formuló una pregunta a Rodrigo de Paul y éste le respondió con soltura. Pero entonces el 'Kun' Agüero entró en la zona mixta, y el reportero dejó de atender a las palabras de De Paul para centrarse en el delantero del Manchester City, a quien llamó apartando el micrófono de su entrevistado.

Rodrigo de Paul se quedó perplejo durante un segundo, y cuando se dio cuenta de la situación decidió irse sin mediar palabra, cabizbajo. Lógicamente no le sentó bien el desplante, como tampoco a la gran mayoría de los usuarios que lo han comentado y compartido a través de Internet.

Las críticas le están lloviendo como una tormenta al periodista Marcelo Benedetto, que lo más probable es que se disculpe públicamente con De Paul por lo sucedido. A algunos, además, les llamó la reacción insistente de Benedetto con el 'Kun' Agüero, cuando lo cierto es que el futbolista 'citizen' no fue uno de los grandes protagonistas del partido ante Venezuela.

La ética del periodista, en el punto de mira

Una anécdota, en cualquier caso, que se ha hecho viral y que dice mucho de cómo se está perdiendo la ética del periodismo en los últimos tiempos. El respeto hacia el entrevistado es primordial, y aparezca quien aparezca de repente, uno no puede cortar de raíz una entrevista y dejar 'colgada' a la persona que, recordemos, ha accedido amablemente y a cambio de nada a ofrecer sus declaraciones.

Tiempo de reflexión para Benedetto, cuya fama y prestigio ha recibido un duro golpe en Argentina. Como hemos dicho, se espera pronto una reacción de su parte para disculparse o, como mínimo, ofrecer una explicación medianamente coherente de lo sucedido.