Leo Messi y Luis Suárez no tuvieron un partido nada fácil en Sevilla. Si ya fue duro lidiar física y mentalmente contra un equipo siempre competitivo, además tuvieron que aguantar los graves insultos que profirieron desde las gradas algunos aficionados radicales del conjunto hispalense, en unas voces que en determinadas ocasiones fueron copiadas por todo el estadio.

Los hechos sucedieron principalmente en la segunda mitad, con el objetivo del estadio sevillista de distraer a los "cracks" del equipo rival. El primer damnificado fue Leo Messi por sus episodios judiciales, utilizando los problemas fiscales del jugador argentino y de su padre, por los que fueron condenados a 21 meses de cárcel, como arma de disuasión.

"Hacienda somos todos, Messi paga ya", fue el cántico que dedicó la afición sevillista a Messi, unas palabras que ya se pudieron oír en varias ocasiones la pasada temporada en diversos campos a los que el FC Barcelona acudió como visitante.

Luis Suárez también recibió lo suyo, y podría decirse que más aún que Messi al caer en la trampa y encararse después de marcar con el sector más radical de la afición del Sevilla, celebrando el gol con el puño cerrado y con una sonrisa amenazante.

Después del gol conseguido en el minuto 55, los cánticos cambiaron de objetivo y fue el "9" del Barça el jugador gravemente insultado. "Uruguayo, hijo de puta", retumbó el estadio a lo largo de varios minutos, siendo pitado el futbolista cada vez que recibía el balón. Se desconoce si se tomarán cartas en el asunto al respecto de dichos insultos, sin contar una lata que fue lanzada desde las gradas hacia el banquillo de Luis Enrique.