'Derbi' loco, pero también vibrante, el de este miércoles entre Real Madrid y Atlético en Talliin, con motivo de la Supercopa de Europa. Y es que, tras los goles de Diego Costa y Benzema en la primera mitad, la segunda mitad no cesó en emociones fuertes para los aficionados de ambos equipos, que vieron cómo Juanfran, a falta de alrededor de media hora de juego para el final, provocaba un penalti ridículo.

En un centro aéreo, el lateral español alargó el brazo y el balón tocó en él, en una pena máxima clara que no requirió de ningún tipo de reflexión ni VAR por parte del colegiado del encuentro. Sergio Ramos fue el encargado de transformar el lanzamiento, con un disparo raso que sirvió para engañar perfectamente a Jan Oblak, uno de los mejores porteros del mundo pero nada especialista en este tipo de acciones.

El caso es que el Real Madrid confirmó así su remontada frente al Atlético de Madrid, aunque poco le duraría la alegría. Y es que, en una jugada combinativa del Atlético de Madrid, Diego Costa acabó enviando al fondo de la portería un buen pase de la muerte. Empate en el marcador a falta de poco más de diez minutos para el final, y las emociones a flor de piel.

En la jugada del empate del Atlético, en cualquier caso, cabe resaltar que fue Juanfran Torres quien tuvo parte de culpa a la hora de generar la jugada del 'doblete' de Diego Costa, por lo que el carrilero español pudo enmendar en parte su error en Talliin.

Igualdad máxima en los últimos minutos entre los dos equipos, con acercamientos claros por parte ambos, aunque fue el Real Madrid el que tuvo, en las botas de Marcelo Vieira, la jugada más clara en los últimos segundos del encuentro, en un contragolpe que el brasileño no llegó a culminar.

Saúl Ñíguez volvió a marcar en la prórroga

Su remate salió defectuoso, y el árbitro señaló el camino a los vestuarios para dar paso a la prórroga, en la que Saúl Ñíguez se erigiría como principal héroe rojiblanco, en el minuto 98, al enganchar una volea a media altura, orientando su cuerpo, que salió como un obús. Imparable para un Keylor Navas que, quizás, habrá salido perjudicado en su batalla personal con Courtois.