En los últimos días se trataba de avanzar con las medidas de seguridad necesarias, pero el coronavirus ya ha parado el mundo del deporte. Una a una, las competiciones anuncian suspensiones y atienden a las recomendaciones de las autoridades, que han abierto un paréntesis de dos semanas a la espera de novedades. Las efectividad de las medidas y el desarrollo de los acontecimientos marcará cuando regresará la normalidad.

Los organismos que rigen el mundo del fútbol han recalcado que la salud es lo primero, pero ya buscan soluciones a un calendario que ha quedado completamente roto. En España, LaLiga se detiene por dos semanas en la Jornada 27, todavía con 11 más por disputarse y mirando de reojo a la Champions y la Europa League, descompensadas por los partidos a puerta cerrada y los anulados que han dejado cruces a medio cerrar.

Javier Tebas ya informó de que las Comisiones de los organismos competentes estudiaban cómo actuar frente a cualquier escenario posible, y recalcó que se intentaría completar todas las competiciones recolocando los choques correspondientes en las fechas que estuvieran libres. Esto dependerá, en gran medida, de cómo avance todo, y en especial de las decisiones que se tomen conjuntamente con las entidades internacionales.

Precisamente, las selecciones podrían tener la clave, si están dispuestas a posponer sus grandes torneos hasta 2021. En este verano hay Eurocopa y Copa América, entre otras, y el desplazamiento supondría la liberación del mes de junio. Pese a que también habría que redistribuir horarios por el calor que afectaría a ciudades como Sevilla, sería una alternativa interesante porque ofrecería varias semanas de margen para finalizar sin más obstáculos los campeonatos domésticos.

En cualquier caso, estas son sólo hipótesis que se analizarán en profundidad en los próximos días, y conforme se vaya sabiendo si esperar dos semanas y dos Jornadas será suficiente. Una vez superado este periodo de contención, habrá que reevaluar la situación, y entonces se elegirá la mejor respuesta para reanudar la actividad sin riesgos y con garantías totales para todos los implicados.

La suspensión definitiva, la última opción

Varias fuentes afirman que, en lo relativo al mundo del deporte, se trabaja con el objetivo de evitar la suspensión definitiva de cualquier competición. Esto obligaría a dejar las clasificaciones como están y a valorar ascensos, descensos, campeonatos y premios en función de criterios menos justos, por lo que la prioridad es recuperar en la medida de lo posible todos los eventos que se han perdido o aplazado.