La Champions League podría recuperarse en agosto de 2020

La crisis del coronavirus ha rodeado de incógnitas al mundo del fútbol, que trata de reaccionar y reorganizarse. De momento, todo está detenido hasta que las autoridades sanitarias den el visto bueno para retomar la actividad habitual sin riesgos para la salud, y mientras tanto se estudian las alternativas disponibles para completar la temporada 2019-20, partida debido al confinamiento forzado por la pandemia.

Para amortiguar las consecuencias económicas del parón, se ha establecido una lista de prioridades, y la principal es jugar todo lo posible. Además de la justicia deportiva, este es un punto clave para la estabilidad financiera. "Yo apuesto porque se acaben las competiciones. No es tan importante cuando empiezan las siguientes. El fútbol europeo no se puede permitir el lujo de perder una cantidad inmensa de dinero, 7.500 millones de euros. Después ya arreglaremos el futuro como convenga", explicó Jaume Roures, presidente de la empresa 'Mediapro'.

En este sentido, la UEFA y los clubes estudian las opciones para reestructurar el calendario, que daría más peso a las ligas nacionales. Las previsiones más optimistas plantean el regreso de los campeonatos a principios-mediados de mayo, aunque cuanto más se acercan las fechas, más complicado parece que se lleve a cabo. Los más pesimistas advierten que sería más acertado esperar a principios-mediados de junio.

Sea como sea, junio y junio apuntan a acoger el grueso de los torneos domésticos, y la Champions League se aplazaría hasta agosto. Sin más obligaciones pendientes y a la espera de recolocar las Copas que se han finalizado, la competición europea regresaría para cerrar sus octavos de final y acelerar en el resto de eliminatorias, con destino a una finalísima en el Estadio Olímpico Atatürk que espera que se confirmen día y hora.

La temporada 2020-21 también está en el aire

Para reducir en la medida de lo posible las afectaciones a los clubes, todo apunta a que se completará la temporada 2019-20 antes de retocar la 2020-21. A medida que haya certezas sobre cómo y cuándo se podrán liquidar los compromisos pendientes, se empezará a dibujar el calendario del curso que viene, que hizo sitio al actual retrasando algunos torneos pero que tendrá que contar con los encuentros de selecciones.

Hoy por hoy, se contemplan multitud de posibilidades, y la realidad es que la programación se comprimirá al límite. Para no exprimir a los futbolistas se intentarán respetar los 30 días de vacaciones, así que la campaña siguiente podría retrasar su inicio hasta septiembre o incluso a octubre. Ya se negocia la posible anulación del parón navideño en algunas ligas, y la reducción de las semanas de citas internacionales para aprovechar todos los fines de semana al máximo.