Neymar, héroe y villano en el triunfo de un PSG que se acerca a octavos de Champions (2-1)

Empezó la Champions con mal pie y los tropiezos le han costado algún susto, pero el PSG ha reaccionado a tiempo y se ha acercado a los octavos de final. Los franceses respondieron este miércoles en un enfrentamiento decisivo contra el Liverpool, que deja a los ingleses muy 'tocados' y a los parisinos con el camino muy llano para meterse en la fase eliminatoria.

En el Parque de los Príncipes, el primero en ganar la batalla fue Thomas Tuchel, que superó a Jürgen Klopp en lo táctico para empezar a decantar el duelo a su favor. La alineación del técnico de Krumbach, que dio rienda suelta a Marco Verratti en la medular y colocó a Neymar por dentro para mantenerle implicado en la creación, sirvió para maniatar a los 'reds', que pronto pagaron la superioridad que su adversario mostraba sobre el césped.

En una acción de transición lanzada, precisamente, por el italiano, los galos encontraron petróleo con una diana de Juan Bernat. Kylian Mbappé centró al corazón del área, Virgil van Dijk no despejó limpiamente y su rechace se lo quedó el lateral, que disparó con su pierna mala -la derecha- para dejar sin reacción a Alisson Becker.

Aunque intentaron reaccionar los británicos, antes del descanso hubo de nuevo alegría local, esta vez en las botas de un Neymar que recogía el premio a sus esfuerzos. Una contra acabó de nuevo en los pies de Mbappé, y su envío esta vez lo sacaba el arquero tras un remate a bocajarro de Edinson Cavani. Detrás del uruguayo apareció el brasileño, que enganchó el rechace colocando el esférico y enviándolo suavemente a la red.

Un penalti de Ángel Di María sobre Sadio Mané lo aprovechó James Milner para recortar distancias, pero la reanudación no cambió el signo del encuentro y la celebración fue para el PSG. Todavía habrá que remar para certificar el pase a la próxima ronda, pero en casa los 'bleus' dieron un paso de gigante y lo festejaron tras el pitido final como si ya tuvieron un título en las manos.

Neymar se encaró con la grada

La jugada curiosa del partido corrió a cargo de Neymar, con un lapsus surrealista en el que se encaró con su propia afición. Al de Sao Paulo le estaban silbando y se paró a recriminar a la grada, desentendiéndose del juego y sin ver que uno de sus compañeros le había dado un pase. El balón acabó, obviamente, marchándose a fuera de banda, y el brasileño reemprendió la marcha sin más líos antes de dedicar sonrisas y aplausos a los suyos en las celebraciones cuando se confirmó la victoria.