El FC Barcelona volvió a naufragar por segunda temporada consecutiva en la Champions League. A los de Luis Enrique se les volvieron a atragantar los cuartos de final una vez más. En esta ocasión, la impotencia fue incluso mayor que la anterior pues en ningún momento de la eliminatoria parecía que pudieran eliminar a la Juventus de Turín. A diferencia de su eterno rival, un Real Madrid que con mal juego y sin ideas, y con la inestimable ayuda arbitral, han conseguido pasar ronda.

Pero, ¿por qué los merengues sí y los azulgranas no? Empezando por lo expuesto, y por la historia de ambos conjuntos, parece que el Barça necesita jugar su mejor fútbol para poder alcanzar cuotas importantes. Algo diferente a un Madrid que con más lucha y épica que juego puede pasar rondas e, incluso, levantar trofeos internacionales.

Los árbitros, una de las claves

Sin embargo, no hay que obviar las diferencias abismales entre las actuaciones arbitrales en uno y otro partido. Por parte culé, le tocó en suerte el colegiado holandés Kuipers. Este era conocido por ser un árbitro que deja jugar y así fue durante todo el partido, llegando a desesperar a los blaugranas que se sintieron agraviados por sus decisiones. Estas, no obstante, no fueron decisivas en el resultado.

Nada que ver con la sonrojante actuación de un Viktor Kassai que se cargó el Real Madrid-Bayern de Munich. El húngaro le puso un puente de plata a los madridistas para eliminar a los bávaros después de cuatro errores garrafales que han dado la vuelta al mundo. Desde ese momento, tanto la clasificación como todo lo que pueda hacer el Madrid ha quedado manchado por las sospechas arbitrales.

Plus competitivo vs equipo agotado

Dejando de lado a los árbitros, otra de las diferencias claves de ambas eliminatoria nace en que mientras los de la capital de las Españas nunca estuvieron desconectados de los cuartos, el Barça puso el off en el primer tiempo de Turín. Eso les costó a los de Luis Enrique arrastrar un tres a cero del partido de ida imposible de levantar en el Camp Nou. Además es preocupante que el Barça a penas chutara tres veces a puerta en los dos encuentros y, de hecho, no haya visto puerta en ninguno de los dos partidos.

Muy diferente de un Madrid que siempre con su competitividad por bandera y a base de bombear balones, pudieron hacer frente al primer tiempo demoledor del Bayern donde fallaron un penalti en botas de Arturo Vidal. En la segunda parte se vieron beneficiados por la roja a Javi Martínez para darle la vuelta al resultado. Ya en el Bernabéu, y con las ayudas de Kassai, acabaron por desquiciar a un Bayern que fue mejor equipo.

El fondo de armario no tiene color

Por último, una de las claves de esta eliminación del Barça ha sido que los suplentes del equipo no han dado la cara durante todo el curso. Se trajeron a jóvenes jugadores pensando en el futuro y para darle al equipo, por primera vez en dos temporadas, hombres suficientes para rotar y que los mejores llegasen a un buen nivel en los momentos importantes. Nada de eso ha pasado y los fichajes, a excepción de Umtiti y Cillesen, han naufragado.

El Madrid, en cambio, ha conseguido que su llamada "segunda unidad" sea incluso mejor que el equipo titular. Zidane ha conseguido tenerlos enchufados durante toda la temporada, con ganas de comerse el mundo. Isco, James o Marco Asensio son algunos de los ejemplos de esos futbolistas que han dado muchas opciones a los suyos en todas las competiciones, incluida esta Liga de Campeones.