Tener que cancelar la Champions es el gran temor de la UEFA

El mundo del fútbol continúa batallando contra la crisis, y se esfuerza en resolver las incógnitas que ha abierto el coronavirus. El balón no rueda desde hace semanas y aún no hay certezas sobre cuando podrá volverlo a hacer, por lo que presente y futuro están seriamente amenazados y pendientes de las novedades que aporten las autoridades sanitarias. La actividad en los despachos es frenética en busca de soluciones.

La UEFA ha convocado una reunión decisiva este miércoles para analizar varios asuntos clave, en los que interviente de forma directa con el apoyo de sus federaciones miembro y también de la FIFA, encargada de la gestión deportiva a nivel global. El tema principal es la reorganización del calendario 2019-20, pero también se pondrán en común los avances relativos a cuestiones como los contratos y el mercado de fichajes.

La reprogramación de partidos es el principal desafío de los organismos internacionales, que de momento cuentan con más dudas que certezas en sus análisis. Se manejan diversos planes de actuación en función de todos los escenarios posibles, pero todo dependerá de cuándo haya luz verde para volver a jugar. Abril está descartado, mayo o junio se empieza a asumir como ideal y más tarde sería un problema mayúsculo.

Varios medios aseguran que el gran temor es que haya que cancelar las competiciones internacionales si no hubiera tiempo para completar las eliminatorias que quedaron pendientes. Uno de los primeros acuerdos es que hay que salvaguardar el futuro de las ligas, por lo que los torneos domésticos tendrán prioridad. Si no consiguen cerrarse antes del mes de agosto, la Champions y la Europa League estarán en peligro.

Aleksander Ceferin aseguró recientemente que se lucha por completar la temporada, pero advirtió que se barajan todas las posibilidades. Las más optimistas cuentan con disputar todos los compromisos previstos, pero tampoco escondió que también se contempla el peor caso: "Si no conseguimos tener éxito en el reinicio de las competiciones, esta temporada probablemente se perderá. Es duro para mí imaginar todos los partidos que quedan a puerta cerrada, no sabemos si se podrá jugar con público o no. Y si no hay alternativa, será mejor dar por finalizados los torneos".

No cerrar la temporada 2019-20 sería un desastre económico

La prioridad para todas las autoridades deportivas es terminar la campaña 2019-20, y después recolocar las siguientes. Si se logra minimizar el impacto económico de la crisis, habrá mayores garantías de cara el futuro, pese a los ajustes obligados para colocar encuentros de clubes y selecciones. La amenaza de no cumplir con el calendario es peligrosa, porque significaría perder varios miles de millones de euros y pondrían en jaque la continuidad de un espectáculo que quedaría gravemente tocado.