Tras el Atlético-Barça los árbitros ya no son importantes

Quede presente que el Atlético de Madrid ha sido justo merecedor de la clasificación para las semifinales de la Champions League. Pero que si Rizzoli hubiese pitado el claro penalti de Gabi por mano dentro del área las cosas podrían haber cambiado considerablemente es un hecho. Como lo es que, sorprendentemente, a la mayoría de periodistas que han cubierto el partido entre Atleti y Barça se les haya olvidado, de golpe, hablar de la actuación del árbitro.

Es curioso e irónico que después de que en la rueda de prensa tras el partido de ida, los mismos que bombardearon a Luis Enrique con preguntas referentes a las acciones polémicas protagonizadas por Felix Brych en el Camp Nou, se olvidasen una semana después de cuestionarle al asturiano por la polémica suscitada por Nicola Rizzoli en el último minuto de partido. Nada, ni tan siquiera una referencia.

Tampoco lo hicieron ni con el "Cholo" Simeone ni con los diferentes jugadores blaugranas y colchoneros que fueron pasando por los micros en la zona mixta del estadio rojiblanco. Las portadas digitales de "distinguidos" diarios estatales tampoco hicieron referencia a este hecho en sus titulares. Ahora tocaba hablar de la épica gesta. ¿Los árbitros? No influyen en las victorias y, parece ser, escuecen en las derrotas.

Sin embargo, de lo que sí se acordaron fue de preguntarle a "Lucho" si tras la derrota ya se puede hablar de la palabra fracaso para definir la temporada azulgrana. Fracaso de un equipo que ha ganado la Supercopa de Europa, el Mundial de Clubes, va líder en la Liga BBVA y está clasificado para la final de la Copa del Rey. ¿Dónde está el fracaso? Quizás en el intento de algunos de desprestigiar a una escuadra que sigue siendo la misma que estuvo 39 partidos consecutivos sin perder.

El fracaso quizás sea también la hipocresía y el trabajo de algunos avezados especialistas en desestabilizar. El fracaso de esos profesionales que se encargaron de calentar una eliminatoria por una justa expulsión y en la que el Barça había llegado con una merecida ventaja y de la que se va con una merecida eliminación. Es lo que tiene la doble moral de algunos que dormirán felices hoy. Y es que los árbitros, ni el martes ni el miércoles fueron importantes. El fin de semana será otra cosa.