Durante los 645 días que pasó Sandro Rosell en prisión, tuvo tiempo para muchas cosas. En el libro que ha publicado recientemente, 'Un fuerte abrazo', detalla algunas de sus experiencias en primera persona y también los cambios en su estado de ánimo durante los dos años que pasó entre rejas. Ofrece también algunos detalles curiosos, como por ejemplo cómo en una visita de Bartomeu a Brians, en julio de 2018, Rosell le pasó un papel con una propuesta de alineación y de sistema de juego para el FC Barcelona de Valverde.

Se trataba de un equipo plenamente ofensivo y que habría corrido muchos riesgos atrás, algo que el 'Txingurri' jamás hubiese aceptado: un 4-2-1-3 donde el 1 era Leo Messi, actuando de enganche entre el centro del campo y la delantera. El equipo en cuestión hubiera sido formado por: Ter Stegen; Willian, Piqué, Umtiti o Lenglet, Alba; Busquets, Rabiot; Messi y, delante suya, Dembélé, Luis Suárez y Coutinho.

Basándonos por tanto en la plantilla que tenía el FC Barcelona hace dos años, Sandro Rosell habría fichado para reforzar a ese equipo a Willian Borges, del Chelsea, y a Adrien Rabiot del Paris Saint-Germain. Dos fichajes que podrían haber llegado con polémica, teniendo en cuenta que Willian no es un futbolista acostumbrado a jugar como lateral derecho, sino más bien como extremo puro. Y en cuanto a Rabiot... todos hemos visto los problemas que dejó en su salida de París, y los que está teniendo actualmente en la Juventus de Turín.

La 'Vecchia Signora' ya está buscando la forma de quitárselo de encima, y no se prevé que lo tenga fácil. Hace dos años, en cualquier caso, tanto Willian como Rabiot estaban en la agenda culé y bien podrían haber llegado como refuerzos para Ernesto Valverde.

Tanto el 'Txingurri' como la secretaría técnica, sin embargo, tenían otras preferencias para reforzar el centro del campo y la delantera. Nunca sabremos si el once propuesto por Sandro Rosell habría funcionado, aunque a simple vista deja muchas dudas y grandes lagunas defensivas.

Sandro Rosell no pierde el tiempo

El ex presidente culé, al menos, pudo distraerse con este tipo de quehaceres durante su tiempo de reclusión en Brians, además de escribir otras muchas anécdotas también incluidas en su libro. Desde que salió de la cárcel, no ha perdido el tiempo entre la publicación del libro y las continuas entrevistas que está concediendo a los medios de comunicación. En todas ellas, la justicia española sale mal parada.