Dirigir al FC Barcelona es una tarea muy complicada que no se limita a lo deportivo. Además de los problemas económicos del club, las rebajas salariales, exigencias de los entrenadores (de todas las secciones), los fichajes, los deportistas, se le suma las expectativas de todos los fanáticos que esperan que el club brille año tras año. En 2020, con el revuelo tras la dimisión de Josep María Bartomeu, Carles Tusquets asumió llevar las riendas del Barça... Yno fue nada sencillo. 

 Tusquets estuvo al mando de la entidad blaugrana desde finales de octubre hasta hace poco más de dos semanas, cuando Joan Laporta fue investido como presidente del Barça. En su etapa, vivió la derrota ante el Atlético, Cádiz o Juventus, a la par de negociar con los jugadores de la primera plantilla una reducción de su sueldos. Era el primer señalado por la mala relación con el vestuario y los fanáticos no lo dejaron pasar por alto. 

Por ello, en una entrevista a 'Deportes Cuatro', Tusquets ha confesado que no vivió una época sencilla en las oficinas del Camp Nou y que, incluso, llegó a recibir amenzas a través de las redes sociales, que no perdonan ningún fallo. Lo cierto es que el economista apuntó que "algunos de los ataques en las redes sociales son absolutamente indescriptibles. Me explican que incluso había hasta una instrucción de atropellarme si me veían en moto", resaltó.

A su vez, explicó que los 'haters' en redes sociales ponían "la matrícula de mi moto en las redes" y que, aunque son acciones que están penadas con cárcel, no llegó a actuar en su momento "porque es anónimo. Las redes son cobardes", sentenció Tusquets. 

Su paso por el Barça...

Tusquets, en su 'mandato', defendió en todo momento que él y su equipo estaban haciendo lo mejor que podían para mantener a flote a un FC Barcelona que atravesaba una de sus peores crisis económicas y deportivas de la historia. Aunque siempre se le recriminó de su relación con el vestuario, llevó a cabo el cometido de organizar las elecciones presidenciales y conservar el orden en Can Barça.

Se ha defendido nuevamente, resaltando que en su paso por la presidencia del cuadro azulgrana no ha sido un 'okupa', ya que "un okupa entra y no hace nada, vive de gorra, yo no he dejado quieto ni un bolígrafo en la mesa presidencial del club. No he sido okupa, al contrario", sentenció.