El cambio de Raphinha en el tramo final del partido entre FC Barcelona y Manchester United dejó muchísimas dudas y, de cierto modo, 'justifica' el enojo con el que el brasileño abandonó el terreno de juego. Estaba siendo el mejor de los azulgrana, empató el marcador y tuvo en sus 'manos' el gol de la victoria. 

La sensación fue de que Xavi Hernández no debió sustituir al extremo derecho, porque estaba dando mucho sentido al juego del Barça y era quien estaba atreviéndose a sumarse al área rival constantemente, en la misma línea que viene haciendo en los últimos partidos en los que ha demostrado que ha conseguido su mejor versión desde que llegó del Leeds United. 

Con su gol demostró la importancia que tiene en el Barça, sobre todo porque llegó en el momento en el que los 'Red Devils' eran más superiores y dejaron la sensación de que la sentencia estaba al caer. Raphinha se valió de una pérdida de balón de los ingleses, de Casemiro, para poder poner el empate en el electrónico en la segunda parte. 

Y es que puso un centro cerrado al área, desde fuera del área, que fue envenenándose en el camino. En principio, era para que Robert Lewandowski lo rematara, pero el disparo acabó colándose en la portería sin complicación y sin oportunidad para que David de Gea lo despejara. Sin lugar a dudas, fue uno de los mejores del partido.

Molestia descomunal

La historia le estaba sonriendo a Raphinha, que poco después tuvo el tercero con un cabezazo, pero en el minuto 83 Xavi decidió reemplazarle para dar entrada a Ferran Torres y la molestia se notó en el brasileño, que se vio contrariado y, a pesar de que devolvió el saludo a su entrenador, terminó golpeando el banquillo en varias ocasiones.