Para la próxima semana está prevista una reunión de la directiva del FC Barcelona con los agentes de varios de sus jugadores en busca de alcanzar la renovación de sus vínculos contractuales. Entre ellas, están previstas las conversaciones con los representantes de Ilaix Moriba y Ousmane Dembélé.

A priori, el caso del francés reviste una mayor urgencia, dado que su contrato expirará el próximo año, por lo que el Barça debe actuar rápidamente, bien sea para plantearle una oferta de renovación o para alcanzar un acuerdo que le permita marcharse hacia otro equipo dejando ingresos en las arcas del club o un posible trueque.

Sería un escenario desfavorable para el club que el jugador acabe marchándose sin coste una vez que su contrato quede sin efecto, y más en el caso de un futbolista por quien el club pagó 105 millones de euros y otros 30 millones que ya han sido desembolsados por concepto de variables.

 

El acuerdo con Ilaix luce más fácil

En cuanto al canterano, hay interés por su parte de continuar en el club. Inclusive ha comunicado a su nueva agencia, Rogon, que su intención es seguir vistiendo la camiseta azulgrana, en una negociación similar a la que llevaron a cabo sus antiguos representantes de la firma Stellar.

Su contrato actual expirará en pocas semanas, y la oferta del club sería una extensión hasta 2026. Asimismo, contará con ficha y salario de un jugador del primer equipo, sujeto a bonificaciones de acuerdo con el rendimiento mostrado. No obstante, ambas partes han admitido que no será una operación sencilla.