Conozca por qué no se puede demoler el Camp Nou para construir otro estadio

“Si soy presidente, pararemos el Espai Barça y haremos un estadio nuevo”. Esta era la idea estrella del ex precandidato a la presidencia, Agustí Benedito. Su plan era construir el nuevo campo del Barça en la Ciutat Esportiva (a lo que el alcalde de Sant Joan Despí ya dijo que no) o bien derribar el Camp Nou y construir ahí la nueva joya. Mientras, durante los tres años de obras, el equipo jugaría sus partidos en Montjuïc.

Para tranquilidad de los socios del Barça, la realidad es que el Camp Nou no se puede demoler porque tiene “clasificación C” como patrimonio arquitectónico del Ayuntamiento de Barcelona. Esto se refiere a cuatro niveles de protección establecidos por las autoridades locales para infraestructuras de la ciudad:

La categoría superior, el nivel A, son bienes culturales de interés nacional, edificios intocables como la Casa Batlló de Gaudí. El nivel B permite algún margen de maniobra para alguna reforma. En el nivel C, donde está el Camp Nou, son bienes de interés urbanístico que no se pueden derrumbar en ningún caso.

Así de estricta y, sin excepciones, es la ley municipal de Barcelona. Por lo tanto, no tiene sentido que ningún precandidato a la presidencia piense que construirá un estadio nuevo en otra parte porque jamás podrá tirar el Camp Nou. Nikken Sekkei ganó un concurso internacional, el proyecto está auditado y lo tiene ya todo a punto para ejecutar las obras, día a día, durante cuatro años. La marcha atrás es muy difícil.

La promesa de Benedito

Fue el pasado 21 de diciembre cuando el otrora precandidato a la presidencia del Barcelona, Agustí Benedito prometió construir un nuevo estadio, También barajó la opción de derribar el Camp Nou para erigir la nueva sede de la escuadra catalana. "Si ganamos las elecciones, lo que haremos es hacer un estadio nuevo. Y por dar algún detalle nuevo, hemos considerado dos opciones para ese estadio nuevo. Una primera es la de derrumbar el Camp Nou y construirlo ahí mismo. Eso comportaría que, durante tres años, el equipo tendría que jugar en Montjuïc, que debería ampliar sus gradas para que cupiese toda la masa social. La otra opción es hacerlo en Sant Joan Despí, en la puerta de Barcelona. Se votará por referéndum durante el primer año de nuestro mandato si salimos elegidos el 24 de enero", dijo.

"Es que el socio no conoce el proyecto. Y si arrancamos, ya no habrá marcha atrás. Estamos a tiempo de no entrar y no hacerlo. De momento, el presupuesto va por 725 millones. Nos gastaremos todo ese dinero y todo ese tiempo. No es verdad que podremos ir al campo y ver partido con comodidad mientras estén las obras. Habrá partidos en los que 30.000 o 40.000 personas no podrán ir. Y después de ese esfuerzo, ¿qué tendremos? Desde ese punto de vista, no tiene sentido. Soy consciente de que se hizo un referéndum en abril de 2014 y los socios del Barça se expresaron. Yo voté en contra. Pero habrá que admitir que eso se ha quedado desfasado", agregó.