Más allá de la derrota del FC Barcelona, el de este miércoles fue un derbi muy intenso contra el Espanyol, tanto por lo ocurrido sobre el césped como por lo que tuvo lugar fuera de él. Un sector del RCDE Stadium no tuvo un comportamiento digno de un partido de tales dimensiones, aunque quien también se dejó llevar por la tensión fue el colegiado.

Ricardo de Burgos Bengoetxea no dejó contentos ni a unos ni a otros con sus decisiones, con un reparto desigual de tarjetas y una actitud inexplicable en algunas de las acciones controvertidas del duelo. Una de ellas ocurrió tras la agresión de la grada a Jasper Cillessen, cuando el bilbaíno se acercó al guardameta y le dijo que se levantara y siguiera jugando.

Tal y como pareció indicar su comportamiento, el árbitro 'olvidó' recoger en el acta alguno de los incidentes que se dieron en el estadio blanquiazul, como el lanzamiento de objetos al holandés o los cánticos ofensivos contra los jugadores azulgrana. El propio Espanyol, en cambio, sí reaccionó de inmediato, y tras el problema con el de Nimega hizo aparecer a través de los vídeo marcadores varios mensajes relativos a la normativa sobre el comportamiento y el juego límpio en los campos de fútbol.

Diferencia de criterio

Sin la colaboración del trencilla es difícil que los pericos se expongan a alguna sanción federativa, aunque todavía está por ver cuáles son las consecuencia del derbi. Cabe destacar que la actuación del club está siendo ejemplar, y ya se ha asegurado que después de la investigación de lo Mossos d'Esquadra para identificar al agresor, este será expulsado como socio y asistente al RCDE Stadium.

Aunque Gerard Piqué o Sergio Busquets prefirieron obviar el tema al término del enfrentamiento, LaLiga podría entrar de oficio y denunciar los gritos contra el central, al que los aficionados espanyolistas dedicaron insultos que incluyeron también a Shakira, su pareja.