Laporta espera al final de temporada para saber de qué está hecho

Pasar factura sobre lo que acontece en el Barcelona es tan necesario como injusto, también precipitado, inexplicable y una gran cantidad de adjetivos que encajan y confunden al culé, al rival del culé y también a todo aquel que le guste el fútbol en el mundo, sin necesidad de sentir algún color tan siquiera de un equipo español.

Pero si hay un personaje al que se le puede mirar de frente para hacer preguntas, es a Joan Laporta, que actualmente maneja tres frentes muy claros y complicados, ya iniciados cuando se presentó a las elecciones del club hablando sobre la permanencia de Messi y el regreso del club a la élite.

Messi

La partida del argentino es sin duda uno de los golpes más fuertes que ha tenido el club, el vestuario y también Laporta, que siempre apostó por la continuidad de Messi en su proyecto y tras el repentino adiós del jugador, sus argumentos eran sólidos y a los días refutados, dejando una dualidad considerable en todo el asunto sin dar una declaración del todo contundente.

Koeman

El técnico fue ratificado apenas llegó Laporta pero en verano las cosas cambiaron en verano, cuando se le informó al holandés que había una que otra opción para tomar su puesto. Finalmente Koeman se quedó, Laporta lo volvió a confirmar y de nuevo, el espacio deportivo se ve golpeado entre realidades y resultados.

Dinero

El más grave. Koeman se irá, cesanteado o porque se retire, lo mismo pasaría con Messi cuando colgara las botas, aunque ambas cosas podían ser menos traumáticas, pero el tema financiero sigue siendo el gran fantasma de Laporta porque incluso sabiendo cómo estaba todo, nunca imaginó que el punto bajo de los números fuese tan rojo, tan profundo en las facturas y en los gráficos estadísticos.

Ahora que se sabe el límite que se tiene para enero, el de 16 millones, toca tirar de nuevo del mercado como bálsamo tras las llegadas de Depay, Agüero y Eric García, jugadores de nivel que seguramente dejarán buenos números al final de temporada, momento en el que se sabrá si realmente Laporta estaba o no capacitado para este momento.