El fichaje de Luis Figo por el Real Madrid en el año 2000 es considerado una de las mayores traiciones futbolísticas de la historia. El jugador portugués, que llevaba cinco temporadas en el equipo azulgrana, firmó un preacuerdo con Florentino Pérez en el que si el actual presidente blanco ganaba las elecciones, Figo debía marcharse al conjunto blanco.

Inesperadamente, Florentino Pérez se las ganó a un Lorenzo Sanz que venía de conquistar la Copa de Europa, por lo que Luis Figo debía irse al Real Madrid o indemnizar a Florentino con 35 millones de euros. El portugués, pese a que se arrepintió de su decisión, se vio obligado a irse al eterno rival siendo repudiado de por vida por la afición del FC Barcelona.

Naturalmente, en los siguientes Clásicos que se disputaron en el Camp Nou, el barcelonismo la tomó con Figo​. El luso era el encargado de lanzar los saques de esquina pero, cada vez que se acercaba al córner para ejecutar uno, le caían toda clase de objetos: desde botellas a una cabeza de cochinillo que se acabño haciendo famosa.

El relato de Figo

En unas recientes declaraciones del ex futbolista portugués recogidas por Mundo Deportivo, explicó cómo vivió en primera persona su vuelta al Camp Nou como futbolista del eterno rival. “Yo era el encargado de lanzar los saques de esquina y estaba concentrado porque quería hacer mi trabajo de la manera más profesional posible”, dijo, recordando posteriormente la avalancha de objetos que le cayeron.

“Llegó un momento en el que no podía porque era tal la cantidad de objetos que caían que no sabría decir ni lo que era. Lo único que recuerdo es que me vino bien. Por entonces, a mí me patrocinaba Coca-Cola y vi una botella en el césped y la cogí como si estuviera rodando un anuncio”, comentó, en tono humorístico.

Además, el ex jugador de Barça y Real Madrid admitió que el día siguiente de ese duelo disputado en 2002, pudo ver el vídeo en el que sufrió la lluvia de objetos. “Al día siguiente tuve la oportunidad de ver en los periódicos que cayeron botellas de whisky, cabezas de cerdo… había un poco de todo”, sentenció.